Novia del Señor Millonario romance Capítulo 129

Resumo de Capítulo 129: Novia del Señor Millonario

Resumo de Capítulo 129 – Capítulo essencial de Novia del Señor Millonario por Internet

O capítulo Capítulo 129 é um dos momentos mais intensos da obra Novia del Señor Millonario, escrita por Internet. Com elementos marcantes do gênero amor después del matrimonio, esta parte da história revela conflitos profundos, revelações impactantes e mudanças decisivas nos personagens. Uma leitura imperdível para quem acompanha a trama.

Bella

—Haré un poco de café —le dije con nerviosismo y sin esperar respuesta me dirigí rápidamente a la cocina. Estaba segura de que se podían oír los latidos de mi corazón de lo fuerte que retumbaba en mi pecho. No esperaba verlo tan pronto. Cinco minutos después, salí con una humeante taza de café.

—Gracias —dijo con educación Herbert mientras me aceptaba la taza. Traté de leer su expresión, pero su rostro se mantuvo impasible y no se había quitado las gafas de sol. Me senté con aplomó a su costado y esperé a que comenzara a hablar.

—Klein y Vivian han hecho un depósito de trece mil dólares en esta tarjeta —comenzó él mientras colocaba la susodicha sobre la mesa—. Dos mil son para cubrir todos los gastos médicos, cinco mil por la resolución de tu contrato y seis mil por daños y perjuicios. Mi abogado hizo el cálculo siguiendo los más estrictos lineamientos para este tipo de casos y me ha asegurado que hemos recibido una generosa indemnización. No tengo razón para dudar de él. ¿Estás satisfecha con el monto?

—Estoy segura de que tu abogado ha hecho un excelente trabajo —respondí mientras me cruzaba de brazos y soltaba una sonrisa incómoda—. ¿Quién soy yo para dudar de él? Siento que estoy recibiendo más dinero del que me merezco.

Esta no era la primera vez que me golpeaban y, sinceramente, tampoco creía que fuera a ser la última vez. Durante los años, había tenido la oportunidad de vengarme de mis atacantes. Sin embargo, nunca había recibido dinero como una compensación por los daños. Por alguna razón, me sentía un poco incómoda al recibir este dinero.

—Muy bien, si no ninguna objeción de tu parte, por favor, firma aquí —dijo Herbert mientras sacaba dos copias de la carta de reconciliación. Agarré un bolígrafo que tenía en la mesa y procedí a firmar ambos documentos.

—La contraseña de la tarjeta es 123456 —añadió Herbert mientras acomodaba los papeles y yo simplemente asentí con la cabeza. Me moría de ganas de hablar sobre nuestra última pelea, pero me faltaba el coraje para comenzar aquella conversación.

—Eso sería todo, ya me voy —dijo Herbert, sacándome de mis pensamientos, mientras se levantaba. Me le quedé viendo con la boca abierta y sin saber cómo detenerlo. Herbert me echó un último vistazo y luego se dirigió a la puerta con resolución.

—¿Cómo... cómo está tu pie? —tartamudeé medio gritando antes de que abriera la puerta.

—¿Cómo sabes eso? —me preguntó él mientras se detenía en seco, pero sin voltearse a verme.

—Vi sangre en el piso —le respondí y nos quedamos en silencio.

—Fue un pequeño corte, no es nada. Ya casi está curado.

—Bella, ¿de qué estás hablando? ¿Cómo esperar que me vaya después de esa confesión? —me cuestionó con perplejidad.

—Solo quería decirlo todo para no guardarme nada y poder dejarte ir para siempre. Me alejaré y no volveremos a encontrarnos nunca más. De ahora en adelante seremos dos completos extraños —le respondí con mucha dificultad.

—Dios, Bella, ¡no puedo creerte! —se quejó Herbert mientras me sacudía por los hombros—. ¡No puedes decirme que me amas y luego pedirme que me vaya! ¿No crees que estás siendo muy injusta conmigo?

—¿Qué otra cosa puedo hacer? No puedo aceptar que ames a dos mujeres, ¿qué harás con Caroline? —dije con sentimiento.

—Bella, ¿cuándo dije que amaba a Caroline? ¿De dónde sacaste esa idea? —gritó Herbert perdiendo la compostura.

—¿No fue ella tu primer amor? Ambos han sido amigos de toda la vida y crecieron juntos. Si ella no hubiera tenido problemas con su familia, ya estarían casados. Además, encontré fotos de ella en tu estudio —enumeré todas las pruebas que tenía, sin importarme que cada una de ellas fuera como una estacaba a mi corazón.

Histórico de leitura

No history.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: Novia del Señor Millonario