Resumo de Capítulo 42 – Novia del Señor Millonario por Internet
Em Capítulo 42, um capítulo marcante do aclamado romance de amor después del matrimonio Novia del Señor Millonario, escrito por Internet, os leitores são levados mais fundo em uma trama repleta de emoção, conflito e transformação. Este capítulo apresenta desenvolvimentos essenciais e reviravoltas que o tornam leitura obrigatória. Seja você um novo leitor ou um fã fiel, esta parte oferece momentos inesquecíveis que definem a essência de Novia del Señor Millonario.
Bella
"Tú fuiste quien arruinó mi familia, rompió hogares", le recriminé a Connie, poniéndome en frente de mi mamá, para defenderla. "¿Cómo te atreves a tener el descaro de hablarle así a mi madre? Creo que tú eres la desvergonzada y no ella".
"Bella, ¿cómo puedes hablarle así a mi esposa?" Ryan me regañó.
Resoplé al oír esto. "Ya no te considero mi padre", dije. "¿Por qué tengo que dejar que tu esposa insulte a mi madre? No me hagas reír, yo ya no tengo nada que ver con ustedes, par de sin vergüenzas".
"Tú... estás intentando hacerme enojar, ¿no?" Ryan puso su mano sobre su pecho, en la parte izquierda y fingió estar adolorido.
Estuve a punto de responderle, pero mi madre me detuvo. "Bella, ya no digas nada más. No hagas que tu padre se enferme". Me suplicó.
¿Ella lo estaba protegiendo? ¿Después de todo lo que había hecho?
Negué con la cabeza. No podía pensar de esta manera. Mi madre solo estaba confundida y su dolor no la dejaba pensar con claridad. No podía desahogar mi ira con ella hoy.
"Ya dije que él no es mi padre y que no lo considero como tal", anuncié. Pese a que estaba intentando controlarme, mi voz sonaba muy emotiva. "Mi padre murió cuando yo tenía 15 años".
De repente, Connie se puso al lado de Ryan, para soportar su peso. "Ryan, no vale la pena enojarse por esto", dijo. Ryan respiraba hondo, estaba fingiendo sentirse mal y desvanecerse. "Una hija como esa no se merece un padre como tú. Deja que le dé una lección".
Después de decir esto, Connie se volteó a mirarme y resopló. "Bella, yo no arruiné tu familia. Deja de decir que soy una rompe hogares", me dijo en un tono muy arrogante. "Además, no creo que tú seas muy inocente. Escuché que estás embarazada y que nadie sabe de quién es el bebé. ¿Dónde está el padre de tu hijo? ¿Por qué no te has casado? ¿Acaso tuviste relaciones con un hombre casado?"
"No digas tonterías", respondí con firmeza. "Ya me casé, solo que mi matrimonio no fue una ceremonia grande. No soy una sin vergüenza que se mete con un hombre casado y rompe hogares, como tú".
En ese momento, Emma dio un paso adelante, probablemente porque pensó que esta era su oportunidad y quiso aprovecharla. "¿Estás casada?" Preguntó en tono sarcástico. "Entonces dime, ¿con quién te casaste? ¿Dónde está tu esposo? Esta es la boda de nuestro primo, así que lo mínimo que tu esposo podía hacer era venir contigo, ¿no?" Resopló. "Sin embargo, no hay nadie a tu lado, solo tu madre. Eso significa que tu esposo debe ser un sugar daddy, o tal vez es un anciano".
"¿Quién tiene un sugar daddy?" Pregunté, indignada, dando un paso adelante, hacia Emma. Estaba furiosa. "Dímelo fuerte y claro".
Como Emma tenía el apoyo de Ryan y Connie, tenía una actitud muy arrogante. "Estoy hablando de ti, por supuesto", respondió con firmeza. "Eres solo la am*nte de algún anciano, o de repente eres solo una pr*stituta. Tal vez por eso no sabes quién es el padre de tu bebé, porque tienes demasiados clientes".
Cuando más hablaba Emma, más lejos iba con sus insultos.
Sus palabras desataron la ira dentro de mí y, sin pensar en lo que iba a hacer, me acerqué a ella y la abofeteé.
De inmediato, Emma se llevó una mano a la mejilla y me miró con fiereza. "Bella, ¿cómo te atreves a golpearme?" Preguntó en voz muy alta. Estaba haciendo un escándalo. "De veras estás pidiendo que te den una paliza".
Al mismo tiempo, Connie me regañó. "¿Cómo te atreves a golpear a mi hija? Estás buscando que te den una lección".
Cuando vi que Connie y Emma se abalanzaban sobre mí, puse mis manos alrededor de mi vientre, protegiendo a mi hijo de estas dos mujeres rabiosas. Mi madre no iba a poder protegerme y mi padre siempre estaba del lado de su actual familia. Me sentí desolada y pensé que estaba condenada y que ambas me iban a dar una paliza.
Como era de esperarse, mi madre no hizo otra cosa que entrar en pánico y llorar.
A mí no me importaba si me pegaban, solo quería que no le hagan daño al bebé.
Retrocedí un par de pasos mientras Connie y Emma se acercaban hacia mí a toda prisa. Una me agarró del cabello y la otra estaba lista para darme una bofetada. Yo solo seguí cubriéndome el vientre con las manos y cerré los ojos.
No obstante, a pesar de que había estado lista para el dolor, este nunca llegó. De pronto, escuché los gritos furiosos de Connie y Emma, y cuando abrí los ojos, vi que las dos estaban en el suelo.
Herbert estaba a mi lado.
Al verlo, me quedé atónita. Impulsivamente, agarré su brazo y me quedé así por mucho tiempo. Todo mi cuerpo estaba entumecido; estaba abrumada por todo lo que acababa de pasar.
"¿Estás bien?" Herbert me preguntó.
"Si, ya estoy bien". Respondí.
Aun así, tenía muchas preguntas rondando mi mente. ¿Por qué me había defendido? ¿No tenía miedo de que descubrieran nuestra relación? El contrato estipulaba claramente que nuestro matrimonio debía ser un secreto.
Vi a mi madre acercándose a nosotros y sonreírle a Herbert. "Herbert, ¿ya regresaste de tu viaje de negocios?" Le preguntó. Todavía tenía lágrimas en los ojos, aunque ya no se veía tan desdichada como hace unos minutos.
Emma, que se veía muy ansiosa, corrió hacia nosotros y se paró frente a Herbert. "Herbert, acabas de decir que ella es tu suegra, entonces... tú y Bella están..."
Antes de que pudiera terminar de hablar, Herbert la interrumpió. "Señorita Briden, la última vez que nos vimos le dije que nuestra relación no era tan cercana como para tutearnos", dijo con frialdad. "Nosotros solo somos socios, nuestra relación es solo de negocios. No tenemos sentimientos el uno por el otro, al menos yo no siento nada por usted". Agregó. "Por favor, de ahora en adelante llámeme Wharton o Sr. Wharton".
"Yo..." Emma empezó a decir, pero no pudo terminar su idea. Se notaba que estaba muy avergonzada y su mirada era muy diferente a la mirada arrogante que había tenido cuando estábamos discutiendo.
Verla así me hizo muy feliz.
Y no solo eso, sino que presenciar cómo Herbert les había dado una lección a Connie y a Emma me hizo volver a creer en la justicia.
Aunque, claro, Herbert solo había estado protegiendo a su hijo.
"Espero que usted y su madre no vuelvan a molestar a mi esposa ni a mi suegra", Herbert le advirtió a Emma. "De lo contrario, haré que las exilien de la ciudad. No creo que duden que sea capaz de hacer algo así".
"¿De verdad están casados?" Emma preguntó en voz baja. Era obvio que ella no creía que fuera cierto. "¿Cómo puede ser posible? ¿Estás seguro de que no es una broma?"
En vez de responderle, Herbert sacó un anillo de su bolsillo y me lo entregó. "Toma", me dijo. "Esta mañana, cuando te estabas lavando, te olvidaste nuestro anillo de bodas en el baño".
No supe qué decir y me quedé mirando el anillo sin poder responder. Era un anillo de plata y tenía muchos diamantes incrustados que eran tan deslumbrantes como las estrellas en el cielo.
A pesar de que no tenía una piedra enorme, sabía que era muy caro.
Tras notar que yo no había reaccionado, Herbert cogió mi mano. "Deja que te ayude a ponértelo", me dijo, poniendo el anillo en mi dedo anular.
Mi corazón empezó a latir muy rápido en ese instante. Miré a Herbert, que seguía sosteniendo mi mano con ternura y vi que tenía una sonrisa muy gentil en su rostro.
Esta era la primera vez que él sonreía de esta manera frente a mí...
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: Novia del Señor Millonario