Leia Capítulo 48 do romance Novia del Señor Millonario, autor: Internet. Gêneros: Romance, Drama... Novia del Señor Millonario Hinovel. Visite booktrk.com para ler Capítulo 48 gratuitamente e os próximos capítulos de Novia del Señor Millonario agora! Capítulo 48 oferece suporte para baixar o PDF gratuitamente.
Pesquisas relacionadas:
No supe nada de Herbert en los siguientes días. Al tercer día, le envié un mensaje de texto un poco preocupada, pero no recibí ninguna respuesta. De seguro estaba tan ocupado que no había tenido tiempo de leer nada.
Decidí distraerme con los arreglos de la casa, y me enfoqué tanto en mi tarea que el tiempo se pasó volando. Sin embargo, cuando la noche caía, y me encontraba sola en mi cama, no podía evitar extrañarlo. Quién sabe, quizás eran las hormonas.
A la mañana siguiente, alguien tocó el timbre y bajé a abrirles la puerta.
—¿Es usted la señorita Bella? Estamos aquí para entregarle las alfombras.
—Sí, entren, por favor —les dirigí a uno de los salones y ellos dejaron su cargamento en el piso—. Déjenme traerles un poco de agua.
—No se preocupe, señora. No necesitamos nada —me dijeron ambos con pena.
—Con este calor que hace, deben tomar algo. Espérenme unos segundos —le insistí mientras me iba a la cocina. Sin embargo, en el camino mi vista se nubló y antes de que pudiera reaccionar, me desmayé.
En medio de mi estupor, pude escuchar a alguien llamándome, pero no sabía quién era. Todo se tornó negro. Cuando volví en mí, todavía estaba un poco cansada y los párpados me pesaban un montón, así que no los pude abrir inmediatamente. Dos personas estaban conversando cerca de mí.
—Doctor, ¿cómo está mi esposa? —dijo Herbert con ansiedad.
—Señor Wharton, ya terminamos de examinar a su esposa y ahora se encuentra estable. Probablemente se desmayó por la fatiga. Debería evitar hacer tanto trabajo ahora que esta embarazada.
—¿Cómo está el bebé?
—El bebé está bien por ahora, pero su esposa necesita quedarse en cama por una semana y tomar los medicamentos que le hemos recetado.
—No les pasará nada malo, ¿no?
—Ay, señor Wharton, ningún doctor es Dios. Así que no puedo hacerle esas promesas —le respondió entre risas el doctor.
—Discúlpeme, estoy con los nervios de punta.
—Me imagino —dijo el doctor y luego lo escuché salir de la habitación.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: Novia del Señor Millonario