Resumo do capítulo Capítulo 49 de Novia del Señor Millonario
Neste capítulo de destaque do romance amor después del matrimonio Novia del Señor Millonario, Internet apresenta novos desafios, emoções intensas e avanços na história que prendem o leitor do início ao fim.
—El señor Wharton realmente se preocupa por usted. Ni bien esos trabajadores lo llamaron, me pidió que viniera a verte y regresó inmediatamente a la ciudad. No se separó de usted en ningún momento durante toda la noche, ni para tomar agua.
—¿Qué dices? —le pregunté con sorpresa. Afuera el día recién comenzaba. Con razón, lo había visto tan cansado, si no había dormido nada.
—Cuando te estaban examinando, el señor Wharton estaba muy nervioso. Esta es la primera vez que lo veo así.
—Si estaba tan preocupado, ¿por qué me regañó? —me dije a mí misma, frunciendo los labios.
—Porque estaba preocupado, señora. Se enojó tanto porque usted no se cuido mejor —me respondió entre risas la otra mujer. Levanté la mirada con sorpresa y le devolví la sonrisa. Allie era una de las personas más cercanas a Herbert, definitivamente sabía de lo que estaba hablando. Contenta con esta información, me eché sobre la cama con una expresión complacida.
Luego, Allie me informó que había estado durmiendo por casi tres días en el hospital, pero que hoy me darían de alta. No podía creer que hubiera estado tanto tiempo inconsciente. Cuando nos estábamos preparando para irnos, Herbert llegó para llevarme a casa con Connor.
—Al menos te hubieras vestido un poco más alegre, ya que estoy saliendo del hospital Siempre usas ropa como si fueras a un funeral —me quejé mientras salíamos a la entrada. Connor detrás de nosotros con mi maleta.
—Siempre me he vestido así —dijo Herbert, rígido, mientras se revisaba la ropa.
—¿Entonces por qué no lo intentas?
—Esto es a lo que estoy acostumbrado.
—¿Por qué eres tan terco? ¿Cómo sabes que no lucirás mejor si no lo intentas?
—No intentes cambiarme —me respondió con una mueca, incómodo. Se apresuró y entró primero al auto. ¿Lo había hecho enojar? Bufé por lo bajo mientras ingresaba al auto también. No sabía de dónde venía su mal humor, solo le había sugerido que probara otros colores.
Connor se sentó en el asiento del conductor y emprendimos el viaje de regreso. Herbert todavía parecía enojado, así que decidí ignorarlo. Llegamos a la villa en silencio.
—Señores, ya están aquí. La comida ya está lista. Les preparé todos sus favoritos —nos recibió una señora de alrededor de cincuenta años con una gran sonrisa.
Me le quedé mirando con confusión. Nunca la había visto antes en la villa. Herbert lo notó, pero me ignoró.
Ahora entendía porque la trataba con tanto respeto.
—Muchas gracias por venir a ayudarme —le sonreí con gratitud. Aunque por dentro estaba un poco nerviosa, esta era la primera vez que tenía a un sirviente a mi disposición. La verdad no creía que necesitaba a alguien, pero si Herbert estaba preocupado, tenía que aceptarlo.
Todos nos concentramos en nuestros platos. Me di cuenta de que Herbert estaba comiendo más lentamente en comparación con la última vez. También noté que solo se sirvió lo mínimo. Me pareció extraño porque suponía que Miranda sabía lo que le gustaba y Herbert no debería tener problemas con su comida.
—Señor, ¿por qué no come más? —preguntó Mirando con el ceño fruncido.
—Está bien, sabes que nunca tengo mucha hambre —le respondió mientras se levantaba y se iba. Yo me quedé mirándolo con le ceño fruncido. ¿Qué no tenía mucha hambre? ¿Por qué ese día se había servido tanto entonces?
—¡Señora, sírvase bien! —me instó Mirando con una sonrisa. Yo la volteé a ver y se me ocurrió preguntarle por la familia de Herbert. Si ella lo había cuidado desde pequeño, entonces debía saber de ellos, ¿no?
—Miranda, ¿conoces a la familia de Herbert?
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: Novia del Señor Millonario