Resumo do capítulo Capítulo 64 do livro Novia del Señor Millonario de Internet
Descubra os acontecimentos mais importantes de Capítulo 64, um capítulo repleto de surpresas no consagrado romance Novia del Señor Millonario. Com a escrita envolvente de Internet, esta obra-prima do gênero amor después del matrimonio continua a emocionar e surpreender a cada página.
Bella
Era una llamada de Hank.
"Bella, nuestro departamento tiene una serie de requisitos para los estudiantes que quieren transferirse este año", me djio apenas contesté el teléfono. "Tu hermana obtuvo un muy buen promedio en el departamento de literatura e historia, así que no debería tener ningún problema con la transferenica. Es más, tengo en mis manos un formulario para que lo llene. ¿Dónde estás? Te lo llevaré.
Me puse muy feliz al escuchar esto. Al parecer, Betty iba poder transferirse al departamento de contabilidad de la Universidad NF.
"No te preocupes", respondí. "Iré a recogerlo yo misma. No quiero que tus clases se vean afectadas por esto".
"Entonces te espero en mi oficina". Hank dijo antes de colgar.
Subí a mi habitación y me cambié de ropa a toda prisa. Hank solía dar clase a las nueve en punto y ya eran las ocho. Tardaría media hora en llegar hasta la universidad. Por suerte no haría que tuviera que retrasar su clase.
Apenas terminé de cambiarme, cogí mi bolso y salí apurada tras avisarle a Miranda adónde iba.
Encontré un taxi no muy lejos de mi casa y fui directo a la Universidad NF.
Hice todo sin problemas. Recogí el formulario de la oficina de Hank y luego fui a casa de mi madre para recoger a Betty.
Después de eso, fuimos a dejar la solicitud de transferencia en su universidad.
Al mediodía, almorazamos juntas y, cuando terminamos, dejé a Betty en casa de mi madre.
Antes de quedar embarazada, este tipo de cosas no eran nada para mí, sin embargo, ahora que tenía un bebé en mi vientre, no tenía las mismas fuerzas y después de dar vueltas por la ciudad durante la mañana, ahora me sentía exhausta.
La buena noticia era que aprobaron la transferencia de Betty y ahora iba a estudiar la carrera que ella quería.
A pesar de sentirme muy cansada, estaba feliz por mi hermana.
Regresé a la casa de Herbert por la tarde, después de dejar a Betty en casa de mi madre.
Cuando llegué, me puse las pantuflas y entré a la sala de estar mientras me masajeaba los hombros.
Sin embargo, había una persona sentada en en sofá. Me quedé atónita de verlo ahí en ese momento.
¿Por qué estaba en casa?
Su expresión era sombría y su postura daba a entender que era una persona con la que no podían meterse. ¿Acaso me estaba esperando?
Cuando nuestras miradas por fin se encontraron, sus ojos eran tan fríos como un témpano de hielo.
"¿Dónde has estado?" Herbert me preguntó con frialdad.
Se veía tan extraño. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué me estaba tratando así? ¿Acaso era por lo que había pasado anoche?
"Fui a la casa de mi madre". Respondí, volteando para sentarme en el otro sofá.
No estaba mintiendo. Había ido a más de un lugar hoy y había visto a mucha gente, pero todo fue porque había estado ayudando a Betty a cambiarse de carrera.
Betty vivía con mi mamá, y no pensaba que estaba haciendo algo malo al ir a su casa.
Pese a que estaba intentando aparentar estar tranquila, mi corazón latía a mil por hora.
¿Herbert había regresado porque ya estaba listo para hablar sobre el divorcio?
Había sido más rápido de lo que esperaba, aun así, eso ya no importaba. Eventualmente tendríamos que llegar a estas instancias.
De todos modos, ¿él había estado tan ansioso por divorciarse de mí que decidió regresar a casa cuanto antes ya que, solo después de divorciarnos podría casarse con Caroline?
Cuanto más pensaba en esto, más me enojaba.
No obstante, era obvio que él seguía teniendo sentimientos por su exnovia. ¿Por qué me estaba fulminando con la mirada ahora?
Al parecer, era yo la que había hecho algo mal.
Estaba muy enojada, pero no esperaba que Herbert cogiera un jarrón de la mesa de la sala y lo estrellara contra el suelo.
"¿Vas a seguir mintiendo?" Preguntó. Se veía furioso.
El jarrón se rompió con un fuerte sonido y los fragmentos de porcelana cayeron bajo mis pies.
Asustada, me llevé una mano al estómago y mi corazón empezó a latir más rápido.
"No estoy mintiendo". Respondí, intentando mantener la calma con todas mis fuerzas.
Miré mi muñeca magullada y me sentí muy triste.
Herbert suspiró, tocándose el pelo de la frente. Caminó de un lado a otro en la sala un par de veces y cuando volvió a hablar, su tono de voz era más tranquilo.
"Bella, en realidad he querido contarte sobre Caroline hace mucho..." Empezó a decir.
Sin embargo, no dejé que termine. "No tienes que explicarme nada", dije con firmeza. "No quiero escuchar nada más".
¿Qué me iba a explicar? No quería que me dijera lo que ya sabía, que amaba a Caroline. Tenía miedo de no poder soportar escuchar esas palabras salir de su boca.
¡Dios mío! ¿Cómo podía haberme enamorado de Herbert?
Esta era la pregunta que me había estado haciendo estos últimos días.
Sabía que muchas mujeres comunes y corriente se enamoraban de hombres ricos para mejorar su estatus social y yo siempre había despreciado a ese tipo de mujeres.
No obstante, al final, terminé siendo una más del montón.
Lo único que me había preocupado hasta hace unos días era si él también me quería.
Pero ahora que lo pensaba, me di cuenta que había sido demasiado ingenua.
¿Cómo podía una persona como Herbert enamorarse de alguien como yo, que venía de un mundo totalmente diferente?
Éramos como el agua y el aceite.
"Entonces, ¿decidiste vengarte de mí buscando a Hank, porque sabías lo que había pasado entre Caroline y yo?" Herbert preguntó, inclinando la cabeza. "Solo querías humillarme y vengarte de mí, ¿verdad?"
Al oír esto, me quedé atónita. No esperaba que Herbert llegara a esas conclusiones. Aunque muchas mujeres harían eso para vengarse de sus esposos cuando se enteraban que les habían sido infieles, yo no era como ellas. Al decir eso, Herbert solo me estaba insultando.
Quería defenderme y explicarle cómo habían sido las cosas, pero mi corazón estaba lleno de rabia. "Sr. Wharton, creo que tiene mucha confianza en sí mismo", dije en un tono hiriente. "Yo, Bella, no me humillaría solo para vengarme de un hombre que no me quiere. Fui a buscar a Hank porque sentí que él era mejor que usted".
Cuando Herbert escuchó esto, su rostro se contorneó de la ira. Estaba echando chispas.
Me agarró del hombro y, con un tono feroz, me preguntó: "¿Qué dijiste? ¡Repítelo!"
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