Novia del Señor Millonario romance Capítulo 70

Leia Novia del Señor Millonario Capítulo 70

O romance Novia del Señor Millonario foi atualizado Capítulo 70 com muitos desenvolvimentos climáticos. O que torna esta série tão especial são os nomes dos personagens ^^ Se você é fã do autor Internet, vai adorar lê-lo! Tenho certeza de que não ficará desapontado ao ler Vamos ler o romance Novia del Señor Millonario Capítulo 70 agora AQUI.

Ler o romance Novia del Señor Millonario Capítulo 70

Capítulo 70 de Novia del Señor Millonario novel

Bella

No miré a Herbert en ningún momento. Cuando la doctora terminó de hablar, él le agradeció y le pidió a Miranda que las acompañara a la salida. Nos quedamos los dos solos en silencio. En eso, lo vi extender la mano hacia mi vientre y traté de alejarme con disgusto. En el pasado, hubiera sido muy feliz con el gesto y le hubiera dejado sentir al bebé moverse dentro de mí. Sin embargo, ahora, lo último que quería era que me tocara.

—¡No me toques! —le grité y le aparté la mano.

—No te estoy tocando a ti, quiero tocar a mi hijo —me dijo, agraviado.

—Herbert, ¿por qué no nos divorciamos? La persona que amas ha vuelto. No importa si nos separamos, igual voy a tener a tu hijo. Si no lo haces, ¿cómo esperas casarte con ella? ¿Quieres hacerla sufrir?

Sinceramente, no entendía por qué Herbert no hacía eso. ¿Era porque seguía enojado y necesitaba mantener su reputación? ¿O quería que el niño naciera dentro de una familia casada y no separada?

—¡Bella, eres la mujer más testaruda que he conocido en mi vida! —me gritó muy enojado.

—No tienes que gritarme. Estoy hablando muy enserio.

—Yo soy quien decide sobre los asuntos de nuestro matrimonio, no tienes ningún derecho para estar hablando de esas cosas —me soltó y sin esperar una respuesta mía, se comenzó a dirigir a la puerta con impaciencia. Me paré, sin importarme si estaba descalza, y corrí detrás de él. No sabía cuándo lo volvería a ver, así que quería dejar las cosas claras.

—¿Qué quieres? —me dijo Herbert con el ceño fruncido cuando le bloqueé el camino.

—Divorciémonos —le dije con finalidad y el rostro de él se desencajó.

—¿Por qué estás tan apurada por separarte de mí? ¿No puedes esperar para regresar a los brazos de Hank?

—Eso no es de tu incumbencia —le respondí sin darle más detalles. No podía creer que todavía sospechara que tenía una relación con Hank.

—¿Estás embarazada con mi hijo y quieres irte con otro hombre? —me rugió en la cara mientras me agarraba del brazo.

—Siempre dices que soy una exagerada, pero tú eres peor yo, ¿no te das cuenta?

—¡Bien! ¡Pues seré un exagerado entonces! Te lo advierto, Bella, ¡no te acerques a ningún hombre mientras tengas a mi hijo en tu vientre! —exclamó y me empujó a un lado para salir disparado hacia su auto. Traté de llamarlo, pero me ignoró completamente y pronto su auto desapareció en el horizonte.

Herbert

No entiendo porque Bella no puede ver lo preocupado que estaba por ella y por nuestro hijo. Ya se le ve un poco más su embarazo y quería tocarla porque dijeron que el feto en estos meses ya puede escuchar sonidos de afuera y moverse ante estímulos. Quería sentir la vida que Bella y yo habíamos creado. Sin embargo, ella sigue enojada conmigo y cada vez que me ve sigue repitiendo que quiere divorciarse de mí.

Odio escucharla decir esas cosas. Nunca quiero divorciarme de ella. No entendía completamente qué era lo que había cambiado, habíamos estado muy bien hace unos meses atrás. Supongo que la aparición de Caroline la había puesto en alerta. Con el tiempo, desistí de explicarle la situación porque siempre se enojaba mucho cada vez que la mencionaba y no quería causarle estrés innecesario.

De la misma forma, también tenemos el problema de Hank. ¿Qué es lo que estaba pensando Bella al verlo cuando yo no estaba en casa? No puedo creer que nos hayamos peleado por su culpa. La sangre me hervía de solo pensar en ello. Por eso me había visto obligado en mandarla a las montañas, necesitaba alejarla de ese hombre y hacerle olvidar lo del divorcio.

Debo admitir que también había restringido mis visitas porque cada vez que la veía ella persistía con su enojo y sus palabras de separación. Me dolía bastante hacerlo porque luego me pasaba todo el mes pensando en cuándo la volvería a ver. No podía entender cómo una mujer tan pequeña podía hacerme sentir emociones tan volátiles.

Mientras el auto bajaba por la montaña, encendí un cigarrillo y comencé a fumar sin importarme el humo a mi alrededor. La ventana estaba ligeramente abierta y no ayudaba mucho en la ventilación, pero no me importaba. Tenía los ánimos por los suelos.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: Novia del Señor Millonario