Novia del Señor Millonario romance Capítulo 73

Resumo de Capítulo 73: Novia del Señor Millonario

Resumo de Capítulo 73 – Uma virada em Novia del Señor Millonario de Internet

Capítulo 73 mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de Novia del Señor Millonario, escrito por Internet. Com traços marcantes da literatura amor después del matrimonio, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.

Bella

—Señor Wharton, hace demasiado frío, no podrá dormir bien en el auto. ¿Dónde está Connor?

—Le di el fin de semana libre.

—¿Usted condujo hasta aquí solo?

—Ve a descansar, Miranda. Mañana saldré con la primera luz —dijo para terminar la conversación y salió de la mansión.

—El señor Wharton puede enojarse todo lo que quiera, pero la trata como a una reina a la señora —susurró para sí Miranda.

Algo dentro de mí se revolvió al escucharla. ¿Por qué había venido tan tarde? Si estaba preocupado por mi condición, con una simple llamada habría bastado. ¿Por qué ponerse en peligro y conducir tanto para no siquiera dormir adentro?

De repente, recordé que le había dicho que no dormiría si sabía que él estaba en la mansión. ¿En serio me había creído? ¿Y por qué había dicho eso Miranda? Pensaba que Herbert estaba enamorado de Caroline y yo solo les estaba estorbando. ¿Por qué se preocupaba tanto por mí? Me quedé consternada en medio de las escaleras hasta que sentí como mis pies se congelaban. Eso me despertó de mis cavilaciones y regresé a mi cuarto.

Arropada entre las colchas, me di cuenta de que no podía conciliar el sueño. Algo no cuadraba. ¿Por qué se había ido hasta Europa para ver a Caroline si no le importaba? ¿Por qué me trataba tan bien?

Lo pensé mucho y al final concluí que Herbert estaba únicamente preocupado por su hijo. Después de todo, este era su primogénito y quería que todo saliera a la perfección. No se me ocurría otro motivo por el que fuera tan amable conmigo. Me deprimí un poco al pensar que lo único que nos unía ahora era este niño y solo el niño.

A la mañana siguiente, escuché a Miranda saliendo de la mansión con una bandeja y supe que era el desayuno para Herbert. Esperé hasta que regresara para bajar al primer piso.

—Señora, ¿qué hace despierta tan temprano?

—Oh, me levanté en la noche para ir al baño y no pude volver a dormirme después.

—Entiendo, debe ser muy difícil todo, ¿no? Todavía faltan quince días para la fecha estimada que nos dio la doctora, pero tiene que tener mucho cuidado. Ah, por cierto, ayer el señor Wharton me dijo que hará que la muden a la ciudad de nuevo para preparar todo con tiempo para la llegada del bebé.

—¿Lo viste?

—Oh, no, ¿cómo lo voy a ver? El señor me dijo todo por el teléfono —me respondió con nerviosismo y yo decidí no decirle nada.

En ese momento, sonó el teléfono de la sala y Miranda respondió. Era el guardia de la entrada que tenía que comunicarnos algo.

—Miranda, la señorita Ewell ha venido para ver a la señora. Me dice que la mandó el señor Wharton.

Al escuchar esto, me quedé atónita. ¿Qué hacía Caroline visitándome por órdenes de Herbert?

—Ya veo, bueno, si lo hubiera sabido no hubiera perdido tanto tiempo para entregártela. No importa, igual podrá usarla en el futuro cuando me toque cuidarlo —respondió ella, riéndose y quitándole importancia con un gesto de la mano.

—¿Qué quieres decir? ¡No vas a cuidar a mi hijo! —le grité con enojo.

—Oh, no, ¿Herbert todavía no te lo ha dicho? —dijo ella con sorpresa.

—¿De qué estás hablando? —le espeté. Sabía que Caroline no tenía las mejores intenciones. ¿Había venido a humillarme?

—Bueno, ya que Herbert no te lo ha dicho aún, te lo diré yo. Después de que tengas al bebé, se divorciará de ti y se casará conmigo. Obviamente eso significa que me convertiré en la madre del pequeño y seré yo quien lo cuide.

—¡No pienses que te vas a robar a mi hijo! —chillé mientras me ponía de pie con las mejillas rojas del enojo.

—Esa no es tu decisión, si Herbert así lo decide, solo te queda aceptarlo.

—No creas que Herbert podrá quitarme a mi hijo —le respondí mientras cubría mi vientre con los brazos.

—¿Realmente crees que una familia tan poderosa como la de los Wharton, te permitiría quedarte con tu hijo? ¡Deja de soñar! Deberías arrodillarte y rogarme que te deje ver a tu hijo. Si lo haces, podría considerar dejarte verlo algunas veces. Si me sigues gritando como una loca, ¡nunca más volverás a verlo en tu vida!

Histórico de leitura

No history.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: Novia del Señor Millonario