Novia del Señor Millonario romance Capítulo 76

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Capítulo 76 de Novia del Señor Millonario novel

Miranda

No podía creer lo que estaba a punto de hacerle a Bella. A diferencia de Caroline, quien siempre me miraba como si fuera menos que ella; Bella me respetaba y habíamos desarrollado una linda relación en estos meses.

Si la señora no hubiera amenazado a mi familia, nunca hubiera aceptado. Hank estaba caminando de un lado a otro frente a mí, claramente preocupado por Bella. Se podía ver que lo quería mucho.

—¿Qué pasó con su esposo? —me preguntó con nerviosismo.

—He estado cuidándola por muchos meses, pero nunca vi a su esposo y ahora no puedo ponerme en contacto con él. Me dijeron que se había ido al extranjero — respondí evitándole la mirada.

—¿Cómo fue capaz de irse al extranjero cuando sabía que Bella iba a dar a luz en cualquier momento? —dijo irritado el señor.

—¿Familiares de la paciente Bella? —llamó en ese momento la doctora con unos papeles en mano.

—Doctora, ¿cómo está? —se acercó rápidamente Hank.

—La situación es muy delicada, haremos nuestro mejor esfuerzo. ¿Usted es su esposo, verdad? Necesito que un familiar firme esto.

Nadie fuera de la familia podía firmar, sin embargo, luego de considerarlo por unos segundos y ante la urgencia de la doctora, Hank tomó el lapicero y firmó.

Supe que en ese momento todo se saldría de control. Sin embargo, como una cobarde, no hice nada para detenerlo. La doctora le agradeció y volvió a la sala.

Nos sentamos y seguimos esperando por otras dos horas. En ese momento, dos hombres bajaban a toda velocidad por las escaleras. Uno de ellos se me acercó y me tomó por los hombros. Era el señor Wharton.

—¿Cómo está? —dijo y quise contarle todos los planes de su madre, pero no pude.

—Señor, la doctora dijo que la señora tuvo un cuadro de hipertensión —le respondí con miedo. Nunca lo había visto tan nervioso. Él me soltó y se agarró la cabeza. No despegó los ojos de la puerta de la sala.

Ese fue el momento que Hank decidió acercarse al señor. Sentía que iban a pelear.

—¿Eres el esposo de Bella?

—¿Qué haces aquí?

—¿Cómo se te ocurre dejarla sola? Sabías que iba a dar a luz, ¿y te vas a otro país? ¿No sabes los peligros que pueden suceder durante un embarazo? —le gritó después de darle un puñetazo en plena cara.

—¿Quién eres y por qué estás golpeando a mi hijo? —rugió McKenna mientras se acercaba con Caroline.

—¿Cuál es tu relación con Bella? ¿Por qué crees que puedes gritarle así a Herbert? —le preguntó Caroline.

Me quedé callada en una esquina, mientras las dos viles mujeres trataban de armar más alboroto. Sabía que mi posición era muy precaria y no podría ayudar a la señorita Bella. Suspiré y luego pensé que quizás podría ayudarla de todos modos. Di un paso adelante para hablar, pero una sola mirada de la señora Wharton me detuvo en seco.

Una imagen de mi hijo apareció en mi mente y con pesar retrocedí de nuevo. No importaba lo buena que hubiera sido la señorita Bella conmigo, mi hijo era más importante.

Herbert

Nunca había pensado que Bella daría a luz tan rápido, la doctora había dicho que faltaba más de medio mes. Había hecho los cálculos y había tomado este viaje pensando que regresaría con tiempo para estar con ella cuando el bebé naciera.

Tampoco había esperado encontrarme con Hank en el hospital. ¿Quién lo había llamado? Y no solo se había creído con el derecho de gritarme, también me había puesto las manos encima.

—¿Por qué estás aquí? ¿Quién te pidió que vinieras? —le grité mientras lo agarraba del cuello.

—Si no tiene a nadie con ella, ¿por qué debería dejarla sola? —me respondió.

—¡Ya estoy aquí con ella! ¡Vete! —dije con las mejillas adoloridas. Ese m*ldito me había pegado duro.

—¡No me iré hasta asegurarme de que ambos están bien!

La sangre me hirvió al verlo tan seguro de sí mismo. Obviamente no había olvidado a Bella todavía. Con todo esto, ni lo pensé por un segundo cuando levanté mi brazo y lo tiré al piso. Hank se levantó de inmediato y comenzamos a pelear.

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