Novia del Señor Millonario romance Capítulo 80

Resumo de Capítulo 80: Novia del Señor Millonario

Resumo do capítulo Capítulo 80 do livro Novia del Señor Millonario de Internet

Descubra os acontecimentos mais importantes de Capítulo 80, um capítulo repleto de surpresas no consagrado romance Novia del Señor Millonario. Com a escrita envolvente de Internet, esta obra-prima do gênero amor después del matrimonio continua a emocionar e surpreender a cada página.

Bella

"Ya me voy. ¿Tienes algo que decirme?" Herbert me preguntó de repente.

¿Qué podría decirle?

Negué con la cabeza sin decir una sola palabra.

"Está bien", Herbert dijo. Había una pizca de ira en su voz. "Entonces me voy".

¿Estaba enojado otra vez?

Yo realmente no entendía por qué siempre estaba tan enojado conmigo.

Después de que se fue. Miranda suspiró. "Señora, no sea tan terca", me dijo en un tono suplicante. "Sea amable con él. Esa es la única manera de mantener al señor en la casa".

Decidí no responderle. ¿Cómo que Herbert se quedaría en casa si era amable con él? ¿Qué significaba eso?

Estaba más que dispuesta a dejar mi terquedad a un lado y tratar a Herbert con amabilidad si eso significaba que él se enamoraría de mí.

Sin embargo, tenía miedo de que él me despreciara sin importar lo que hiciera.

Herbert no volvió a aparecer en la casa en los siguientes días.

Por otro lado, mi madre venía a menudo y me acompañaba. Cada vez que venía, me preguntaba por qué Herbert no estaba en la casa.

Como no quería que se preocupe por mí ni por mi matrimonio, siempre le decía que Herbert estaba ocupado con su trabajo o que se había ido a un viaje de negocios.

Por fortuna, mi madre no me hizo más preguntas, ya que había visto a Connor traer cosas varias veces y, cuando le preguntaba qué estaba haciendo, Connor le respondía que solo estaba haciendo lo que Herbert le había pedido.

Era por eso que mi mamá pensaba que Herbert se preocupaba mucho por mí, si no fuera así, él no le pediría a Connor que trajera tantas cosas, sobre todo comida o ingredientes caros que se suponía eran para que me recuperara más rápido.

De hecho, yo sabía que a Herbert no le importaba gastar tanto dinero en esas cosas. Él no era tacaño consigo mismo y tampoco lo era con las personas que lo rodeaban.

Ser generoso conmigo no quería decir que yo le importara.

El domingo, Betty vino a visitarme y me contó sobre su vida.

"Hermana, Hank me ha estado preguntando cómo estás". Betty dijo mientras comía una manzana.

Al escuchar esto, fruncí el ceño. "¿Cómo que 'Hank'?" Él es tu profesor ahora. Tienes que mostrarle más respeto". La regañé.

Sin embargo, Betty era muy terca. "Suena demasiado serio que lo llame profesor", dijo. "Es mejor solo llamarlo Hank".

Decidí no hablar más de ese tema, puesto que no tenía sentido discutir con mi hermana por eso. Ambas éramos muy tercas. "¿Por qué Hank está preguntando por mí?" Pregunté. Tenía curiosidad por saber la respuesta.

A pesar de que me había encontrado con Hank un par de veces, todo había sido porque mi hermana quería transferirse al departamento de contabilidad donde él trabajaba. Después de eso, no habíamos vuelto a contactarnos.

"Tal vez porque sabía que ibas a tener un bebé", Betty supuso. "De repente quería darte un regalo".

"¿No le contaste que había perdido al bebé?" Pregunté en voz baja. Decir esas palabras era muy doloroso para mí.

"Sí". Betty respondió.

¿Entonces Hank ya sabía que había perdido a mi hijo?

Tal vez él sabía lo duro que había sido para mí todo ese proceso y es por eso que estaba preocupado por mí.

De hecho, yo estaba muy agradecida con él, por su preocupación, pero no podía buscarlo ni encontrarme con él. En primer lugar porque no quería que Herbert malentendiera todo de nuevo y en segundo lugar porque no quería darle ninguna esperanza a Hank. No era justo para él que solo lo buscara porque necesitaba consuelo. A fin de cuentas, no podía enamorarme de él, ya que estaba enamorada de otro hombre.

"Si te vuelve a preguntar, dile que ya estoy mucho mejor", le dije a Betty después de pensarlo un rato. "Dile que tanto mi cuerpo como mi estado de ánimo ya se han recuperado y que tengo una buena relación con mi esposo".

"¡Bella!"

Alguien había dicho mi nombre. Volteé a ver quién era y vi a Hank, parado, a unos metros de mí.

Me quedé atónita y lo vi caminar hacia mí.

"¿Cómo estás?" Hank me preguntó.

"Ya estoy bien", respondí. Hice todo mi esfuerzo por mantener mi sonrisa, aunque mi voz se había escuchado un poco débil.

"No te ves tan bien". Hank dijo.

"Todavía estoy recuperándome", respondí, tocándome la mejilla y sonriendo. "Estaré mejor en un par de semanas más".

Hank estaba preocupado por mí. Eso era obvio y yo estaba conmovida.

Aun así, nosotros no podíamos estar juntos, así que opté por mantener cierta distancia entre nosotros.

"¿Por qué viniste?" Pregunté.

"He estado muy preocupado por ti", Hank respodió. "Pero no tenía tu número y a menudo vengo por acá a caminar, a ver si me encontraba contigo. No esperaba tener tanta suerte de encontrarte hoy".

Al escuchar esto, tuve sentimientos encontrados. "En realidad no tienes que preocuparte por mí", dije después de pensarlo por un momento. "Mi esposo me trata muy bien..."

No obstante, antes de que pudiera terminar de hablar, Hank dio un paso adelante y me cogió el hombro. "¿Qué hace para tratarte bien?" Preguntó.

"Me llevó al mejor hospital de la ciudad y me compra la comida más cara para que me recupere rápido", respondí, mirándolo. "Además, contrató a una profesional para que me cuide. ¿Eso no es tratarme bien?"

Solo yo sabía cuán contradictorias eran mis palabras. Yo solo quería que Herbert fuera sincero conmigo, pero eso era solo una ilusión. Nunca podría obtener la sinceridad de un hombre como él.

Histórico de leitura

No history.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: Novia del Señor Millonario