Todo el mundo a su alrededor estaba intrigado, pero Sonia hizo caso omiso a todo eso. Con una sonrisa enigmática, miró a Tobías, que estaba arrodillado; luego, miró a Julia y dijo con desgana:
-En primer lugar, lamento haber venido sin invitación. En segundo lugar, ¿quién puede confirmar que el video que es tendencia es original? ¿Quieres ajustar las cuentas de hace seis años conmigo? De verdad, me han acusado de forma injusta.
Mientras hablaba, su mirada se posó en Tania, cuyo rostro palideció y se escondió rápido detrás de Tobías; cuando todos vieron eso, comenzaron a reprender a Sonia.
-Esta mujer tiene mucho coraje, chocó con su auto hace seis años, ¡y todavía tiene el descaro de venir al banquete!
-Exacto. Mira, la señorita García está muy asustada, realmente se está pasando de la raya.
Julia se dio cuenta de lo asustada que estaba su querida hija, pero no estaba de humor para intercambiar bromas sin sentido con Sonia.
-Qué jovencita con lengua tan mordaz, ya que has dicho que te acusaron de forma injusta, entonces ve a dar explicaciones a la policía.
Julia estaba a punto de hacer una llamada cuando Tobías la detuvo. El hombre, que había permanecido en silencio durante mucho tiempo, al final habló.
-Sonia, no deberías estar aquí.
«¿Está tratando de intimidarme?». Ella sonrió sin importarle lo que pensaran los demás y, al levantar las cejas, dijo con cierto sarcasmo:
-Entonces, ¿a dónde debo ir? Presidente Furtado, en todo caso, hemos estado casados por seis años. Aunque no ha sido muy bueno conmigo, nunca hice nada para traicionarlo, así que ¿cómo pudo publicar un video falso en Internet para calumniarme? ¿Estás tan desesperado porque me muera?
Los párpados de Tobías se movieron y su agarre de la caja de brocado se tensó un poco. Teo estaba a punto de dar explicaciones en nombre de su jefe cuando él interrumpió.
—Tania no va a investigar el asunto, así que deberías dejar de actuar así. -Le respondió fijando una profunda mirada en ella.
Sonia se sintió como si acabara de escuchar una gran broma.
—Sonia, ¿has terminado de montar una escena? — preguntó aún con un aire sombrío.
-Debo decir, Tobías, que eres realmente lamentable. ¡Alguien te tomó por tonto y te engañó! No hablemos del video; sobre el accidente de tránsito de aquel año, solo tenías que ser más dedicado y buscar al oficial del caso inicial para comprobarlo, entonces habrías podido saber la verdad -dijo Carlos con desdén mientras cruzaba los brazos sobre su pecho.
La expresión de Tobías era apática y fijó sus ojos en Tañía de forma impávida. Algo extraño se embravecía detrás de sus ojos y a la vez lo hacía parecer muy peligroso. Ella entró en pánico; no esperaba que Sonia fuera con pruebas, así que sacudió la cabeza, con un miedo visible en sus ojos.
-Yo... yo no te he mentido, Tobías... yo no... escúchame... —Sus explicaciones de ese momento eran pocos convincentes.
Con la verdad presentada ante sus ojos, todo lo que ella decía era en vano. Al ver eso, Carlos pudo por fin descargar su ira mientras se reía con disimulo.
—Tobías, hay una cosa más que quizás no entiendas. Durante los varios años en que Tañía estuvo en coma, mi muñeca fue al hospital a donar su sangre. Si la chocó deliberadamente, ¿por qué iba Sonia a seguir transfundiéndole sangre? Ella lo hizo por ti; es patético que tú, un hombre que se cree muy inteligente, seas un maldito ciego.

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