-Son lindas. – Dijo Edson cuando subí de nuevo al auto.
Yo le sonreí solo un poco como respuesta.
-Pisa a fondo Rowan, debemos apresurarnos. – Dijo Bastian subiéndose al auto también.
Estuvimos en silencio por un par de minutos; ellos planeaban nuestra entrada y yo solo me encargaba de adornar mi gorrito con las flores que me había regalado Bastian.
Si, era cursi y no me importaba. No sabía si el coche regresaría con nosotros porque muchas cosas podían pasar, y no me gustaría dejar mis flores aquí. Era la primera vez que un chico me regalaba flores. O un hombre.
-¿Cuántos años tienes, Bastián?- Pregunté en voz baja.
-Veintiséis.
Eso me hizo alzar la cabeza de mi proyecto de bordado.
-¿De verdad? Pareces más viejo. – Dije sin pensar.
Rowan comenzó a atragantarse y toser incontrolablemente perdiendo un poco el control del vehículo. Bastian se apresuró a estirarse para tomar el volante y evitar que nos estrelláramos.
-M****a Rose, ese era mi riñón. – Dijo Edson regresándome a mi lugar. Puede que lo haya aplastado un poco.
Murmuré una disculpa.
Cuando Rowan terminó de morirse y Bastian le dio un gruñido molesto, mi pareja retomó la conversación.
-Soy un Alfa que ha pasado por mucho, al igual que tú. Las pruebas que nos impone la vida tienden a envejecer a las personas. – Dijo suavemente.
-¿Cuándo te convertiste en Alfa? – Pregunté curiosa terminando de colocar las flores en mi gorro.
Quedó precioso, modestia a parte.
– Reté a mi padre por el puesto en cuanto cumplí los dieciocho años ya que era el mínimo de edad requerida para eso.
Carajo. No podía imaginar asumir la responsabilidad de cuidar de un montón de personas a mi edad, mucho menos asumir todas las funciones de un Alfa mientras me preocupo por el secuestro de mi hermana y cómo conseguir dinero para que todas esas personas no mueran de hambre.
No era de extrañar que se sintiera lo suficientemente desesperado como para hacer un trato de m****a con un lobo oportunista.
-¿Y la manda te aceptó de inmediato?
-La gran mayoría si; yo entrenaba con los guardias a escondidas de mi padre así que los tenía de mi lado, también participaba en las cazas para traer comida, ayudaba a reparar las casas en mal estado…
-Lo que pudieras hacer por tu manada. – Dije con admiración.
-Si. Cuando me alcé sobre mi padre, solo dos familias se fueron de la manada.
-Entonces, cuando mates al Alfa Luca, ¿Cuál sería la reacción de los lobos? Supongo que no es lo mismo que venga otro Alfa a querer tomar el puesto
-En el mejor de los casos, no les importará que muera y desnudarán sus cuellos ante Bastian. – Dijo Rowan.
-En el peor, tendremos a unos quinientos lobos con sed de venganza sobre nuestros culos. – Dijo Edson encogiéndose de hombros. – Nada que la Humana Sangrienta no pueda manejar.
-No es momento para bromas. – Dije frunciendo la nariz.
-El Beta tiene razón. Tú, Rowan y el Beta se encargarían de los civiles mientras yo me encargo de ordenarle a los guardias que me den alguna lealtad que se alejen. Así solo tendría que encargarme de todos los que no.
-¿No hay un escenario intermedio? -Dije después de decidir que el primer escenario no pasaría.
-Si. Alguno de los Betas me podría retar a un duelo. – Dijo Bastian despreocupadamente.
-¿Y? – Pregunté cuando se quedó callado.
-Tendría que luchar y matarlo.
-Ah, matarlo, claro…
Los lobos era criaturas muy extrañas: Gruñido, gruñido, muerte, muerte.
¿Tu vecino te vio feo? Rétalo a un duelo.
¿Quieres ser el nuevo líder? La democracia es un mito, hay que enterrar los colmillos en la yugular.
- ¿No podrías simplemente cederle el puesto? -Pregunté mirando por la ventana. Una vez que te acostumbrabas a la velocidad suicida, tenías por delante un agradable paisaje.
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