¡Papá compró una mamá psicóloga! romance Capítulo 15

Lucía

—¿Qué estás haciendo aquí?

Miro a Raquel con extrañeza, ella sonríe antes de entrar en mi casa como si fuera la suya propia. Va directo hacia mi cocina y comienza a preparar su té mientras me habla con normalidad.

—Vine por trabajo nena — sonríe — ¿Ya almorzaste verdad?

—He estado trabajando en algo — respondo —¿Qué trabajo te trajo aquí?, ¿Hay algún evento del que no me informaste?

—Oh, no cariño — saca algunas cosas de la nevera — ¿En qué estás trabajando?

—No me cambies el tema, tú no vienes aquí con ropa de juntas solo porque si — niega — si hubieses querido una foto o un cuadro te lo habrías llevado, así que escúpelo.

—De verdad que no es nada que tiene que ver contigo — me ofrece un sándwich — bueno, no aún, pero digamos que podrías hacer mucho dinero.

—No necesito dinero — respondo — tengo la fortuna de mi familia.

—Claro, venga Lulú, solo le sacas el dinero a tu hermano para molestarlo, sé que te gusta ganarte lo tuyo.

Miro a Raquel tratando de entender qué está tramando, pero la verdad es que su mente es demasiado calculadora para mí. Me siento en la silla junto a ella en la encimera y saca su móvil mientras espera a que su té esté listo. Me pregunto si está haciendo esto para vigilarme, sé que a veces parece que en esta época quiero cortarme las venas, pero no creo que pueda hacerlo realmente.

—¿Si estás preocupada, quiero que sepas que estoy bien?

—¿De verdad? — alza una ceja — tus ojos dicen que estuviste llorando.

—Oh eso…

No quiero decirle que tuve problemas con mi vecino y que la forma en que me trató hizo que mi corazón doliera, así que simplemente prefiero achacárselo a todo lo que me hace sentir la víspera de las navidades.

—¿Crees que debería ir a ver a mis padres?

—¿Quieres ir a ver a tus padres?

—No, no quiero que mi madre llore por lo sola y miserable que es mi vida.

—Estupendo, entonces cámbiala — Raquel se pone en pie —¿Qué tal contratar un puto por navidad y dejar de ser virgen?

—No gracias, no creo que pueda pagarle sin desmayarme o sentirme como una tonta.

—Que tal el vecino entonces — Abro mis ojos ante esas palabras—está bastante bueno y te trajo… — fisgonea en mi fregadero — ¡Oh puré de patatas!, eso es sin duda una delicia.

Capítulo 15 : Que tal el vecino entonces 1

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