Rosalía llegó al hospital hasta que cayó la noche, Ricardo aún no despertaba.
Se notaba que Rosalía estaba bastante asustada, agarraba fuertemente la mano de Natalia y preguntaba: "¿Qué dijo el doctor?"
"Perdió mucha sangre, necesita seguir en tratamiento."
Natalia le sirvió una taza de café a Rosalía: "Abuela, ¿podrás quedarte sola en casa?"
Rosalía asintió: "No hay problema, puedo quedarme sola en casa."
Cuando Ricardo despertó, ya era de noche.
Natalia lo vio despertar, se acercó y preguntó: "¿Ya despertaste, aún te duele la herida?"
Aún le dolía un poco.
Pero no quería que Natalia lo supiera, entonces movió la cabeza: "No duele."
Natalia bajó la vista, humedeció un cotonete con agua y delicadamente limpió sus labios: "El doctor dijo que necesitas descansar un tiempo."
Ricardo la miraba fijamente, su mirada era intensa.
Después de humedecer sus labios, Natalia dejó la taza de agua, "Gracias por salvarme."
"Eso es lo que debía hacer." Ricardo agarró fuertemente la mano de Natalia, su mirada era firme: "Naty, de verdad quiero protegerte."
Todo pasó muy rápido, en la corte, no tuvo tiempo para dudar, por instinto la abrazó, cuando el dolor llegó, sólo sintió alivio.
Alivio porque Natalia no resultó herida.
Los ojos de Natalia se llenaron de lágrimas, bajó la vista, besó el dorso de su mano: "Ric, tienes que recuperarte, yo te cuidaré."
"Mmm."
Ricardo estaba herido, todos los asuntos de la corporación se los dejaron a Rodrigo que recién había vuelto de Estival.
Rodrigo estaba tan ocupado que cuando escuchó que Ricardo estaba herido, quería ir a visitarlo, pero la junta directiva lo retuvo.
Después de que Natalia calmó a Ricardo y lo hizo dormir, contactó a Beatriz.
"Necesito que consigas una muestra del ADN de Sancho."
Beatriz, que estaba manejando, se asustó tanto que frenó bruscamente, el auto hizo un sonido agudo, incrédula preguntó: "Naty, ¿para qué quieres una muestra de ADN?"
"Necesito saber, qué relación tengo con Sancho..."
Beatriz escucho a Natalia sollozar y también se sintió mal.
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