Pero… ¿¡Eres un Millonario!? romance Capítulo 285

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"No importa cuán ocupada estés, tú siempre eres lo más importante", dijo Natalia. Al ver a Clara tan pálida como un papel, decidió no continuar con el tema y cambió de conversación.

La familia Ruiz no le importaba Clara, mucho menos Tito que no tenía tiempo para preocuparse por ella.

Así que Natalia acompañó a Clara hasta las siete de la tarde, viendo cómo el cielo se oscurecía poco a poco antes de despedirse con un pesado corazón.

Al salir de la sala de enfermos, Ainara bostezó: "¿De qué hablaban, Natalia? ¿Cómo es que charlaron hasta tan tarde?"

Pensó que una hora sería suficiente, pero resultó que habían pasado toda la tarde charlando.

Ella había estado jugando juegos en su teléfono afuera de la puerta y se quedó sin batería.

"Simplemente estuvimos charlando", respondió.

"Vamos, te invito a cenar". Ainara había estado trabajando duro recientemente. Supuestamente estaba de vacaciones, pero debido a la carga de trabajo en el estudio, no tuvo la oportunidad de alejarse.

Ainara siguió inmediatamente.

Llegaron al ascensor y las puertas se abrieron.

Dentro, una joven demacrada estaba de pie con dos guardaespaldas a su lado.

Natalia y Ainara subieron al ascensor y empezaron a discutir a dónde ir a cenar.

Brisa reconoció a Natalia de inmediato. No había cambiado en veinte años y siempre tenía una forma de hacer que la gente se sintiera incómoda.

Era muy molesta.

Natalia notó la mirada de Brisa y se volvió para preguntar: "¿Nos conocemos?"

Brisa examinó a Natalia de cerca. Era exactamente como la recordaba, sin cambios.

"Hace mucho tiempo que no te veo, Natalia, soy Brisa".

¿Brisa?

Natalia parecía sorprendida. "¿Eres tú? ¿Cómo es que estás en la Ciudad Imperial?"

Recordó que cuando fue secuestrada, conoció a una niña delgada y débil, Brisa.

Sintiendo lástima por Brisa, le dio toda su escasa comida, solo para ser traicionada por ella y encerrada en un sótano, casi perdiendo la vida.

Si no hubiera sido por un hombre amable que le dio agua, probablemente ya estaría muerta.

Sabía que Brisa era cobarde, por lo que no le guardaba rencor. Cuando ella y el hombre amable intentaron escapar, incluso intentó llevarse a Brisa.

Pero Brisa se negó a ir con ellos e incluso intentó delatar a los traficantes de personas.

Después de que escaparon, nunca volvieron a tener noticias de Brisa. Veinte años pasaron en un abrir y cerrar de ojos, y ahora Brisa había reaparecido.