A Ricardo no le importaba su indiferencia, ya estaba acostumbrado.
Abrió el postre y se lo pasó: "Hablé con el doctor, tu condición había mejorado mucho estos días. Solo necesitabas descansar un poco más y podrás salir del hospital."
Natalia miraba el tiramisú que trajo y probaba un poco: "No era necesario, quiero recuperarme un poco más en el hospital".
Las posibilidades de escapar son mucho mayores en el hospital que en la Villa del Lago.
Ricardo se sintió aliviado al ver que ella estaba dispuesta a cooperar con el tratamiento, la consoló un poco y luego atendió una llamada. No quería que Natalia se preocupara, así que contestó delante de ella.
Después de que la persona al otro lado del teléfono dijo unas palabras, Ricardo se levantó y se fue.
De repente, Natalia perdió el apetito. Su voz no era alta, pero Natalia aún escuchaba palabras como "compromiso", "periodista", "medios de comunicación".
Probablemente estaba hablando con Paula.
Natalia no estaba de humor para escuchar a escondidas, el teléfono vibró inmediatamente cuando lo encendió.
Era Raúl.
Parece que las noticias que Brisa trajo ya se habían extendido.
Durante el tiempo que estuvo encerrada en el hospital, se contactó varias veces con Beatriz, y Ricardo se enteró de todas las conversaciones. Probablemente podía adivinar que había algún software de espionaje en su teléfono.
Contestó la llamada, y la voz de Raúl sonó en su oído.
"Naty."
"Hermano, ¡feliz año nuevo!"
Raúl se sintió aliviado al escuchar su voz tranquila como siempre: "Estos días no querías contactar con nosotros, todos estábamos muy preocupados por ti."
"Hermano, estoy bien ahora."
"Tu y Ricardo-"
"Hablaremos de ello cuando salga del hospital."
Natalia se incorporó y se levantó de la cama, caminó hasta los ventanales, miraba toda la ciudad y tuvo la ilusión de contemplar el mundo entero.
Había una capa de vapor en la ventana, y ella dibujó círculos en ella sin pensar.
Al escuchar esto, Raúl dijo: "Entendido. Descansa bien, cuando salgas del hospital, Beatriz y yo iremos a buscarte."
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