─Es inaceptable su comportamiento señorita Guerrero, todos los maestros tienen quejas de usted, sus compañeras siempre terminan en la enfermería porque usted les hace algo...
─Ellas se lo buscan ─la interrumpo para aclarar mi punto de vista, me enoja que mi superior sólo apoye a esas niñas de papi.
─Pero no es motivo para iniciar una pelea, no es la única vez que ha hecho esto, son 7 personas que se han ido de esta escuela porque usted, no se sabe comportar. No podemos seguir con esta situación, ya ha perdido todas sus oportunidades, entiendo que este harta de nuestro orfanato, pero nosotros ya no nos podemos hacer cargo de usted.
─Me van a quitar el apoyo que me ofrecieron ─digo resignada y molesta ya que no aguantan nada, solo fue una inofensiva broma, pelea o lo que sea.
─Lo siento mucho Tamara, pero ya no podemos hacer nada, buscamos soluciones, pero no encontramos ─ni ella se lo cree, si hubiera buscado soluciones, justo ahora estaría en un orfanato de Dubái o casada con Timothée Chalamet.
─Yo tengo una, porque no simplemente me dan la herencia de mis padres, ya soy mayor de edad y ellos ya no están desde hace años.
─Sabes muy bien que esa herencia se te entregará hasta que cumplas 22 años, tus padres así lo quisieron y así se hará.
─¿Y dónde estaré ahora? ─le pregunto, aunque me correrá de este orfanato, conozco a mi superior y sé que no es capaz de dejarme en la calle.
─Una familia cuidará de ti ─se coloca unos lentes de maldita bruja y toma unos papeles los cuales revisa uno por uno.
─Yo no quiero estar con ninguna familia, las familias sólo tienen reglas tontas y si no cumplo las reglas aquí, mucho menos en una casa en la cual no quiero estar ─subo las piernas al escritorio de la superior y ella me da una mirada de advertencia.
─No tienes otra opción, es quedarte con esa familia hasta los 22 o te casas y que tu esposo se encargue de ti ─bajo los pies de la mesa y me levanto en un movimiento rápido.
─¡Que buena idea! No lo había pensado antes. Bueno iré en busca de un esposo, cuídate y gracias por la idea ─la cara de mi superior es épica, merecedora de una foto, pero mi Nokia no me sirve para esta situación.
Le mando un beso al aire para después salir corriendo hacia la salida de la escuela. Para ser sincera estaba esperando el día en que terminara la preparatoria para irme, pero ya que me expulsaron no tengo nada que hacer aquí.
Voy a la casa de mi mejor amiga Ariana ya que no se a donde más ir, aparte quedamos en ir a festejar que es mayor de edad, claro que sus padres le dieron permiso y yo tenía pensado en escaparme, pero ya que no tengo casa pues no es necesario escapar de la calle.
Una vez afuera de su casa toco una campana que tienen en su casa, escuchó que Ariana me grita que ya casi sale, pero cuando me ve se encuentra con la sorpresa de que aún no me he cambiado.
─¿Por qué aún no estás lista? Pensé que íbamos a comer para después ir por Alejandra y Tadeo.
─Lo sé, pero tuve un problema con la superior y ahora no tengo donde vivir.
─¡¿Qué?! ¿Y ahora qué hiciste Tamara?
─Pues realmente nada ─le digo restándole importancia, pero al ver su mirada decido contarle ─. Ocasione una pelea entre profesores y alumnos para así poder pelearme con la maldita presumida de Mariana. Y cuando me atraparon, me dijeron que ya no se podían hacer cargo de mí y que me iría con una familia hasta los 22 años a lo que yo me rehusó hacer así que ahora me tengo que conseguir un esposo para que así él cuide de mí.
─Estás bien estúpida mujer, te puedes quedar aquí mientras resuelves ese problema ─me dice negando con la cabeza y evitando soltar una risa.
─Gracias, pero te aseguro que hoy lo resuelvo todo.
─Como sea, ahora pasa y ve a arreglarte ─le sonrió y entró a su casa, por lo general, su casa está sola a estas horas por lo que no me da tanta pena pasar.
Mientras me arreglo, Ariana me cuenta como le va su relación con Tadeo, ellos se conocieron desde la secundaria y fueron novios, pero después terminaron y no se volvieron a ver hasta hace unos meses.
Una vez ya lista me veo en el espejo y estoy perfecta, me puse un vestido blanco liso y unos tacones rojos, de accesorios sólo me puse unos aretes y una cartera de color rojo, el pelo lo dejé suelto con ondulaciones y por últimos el maquillaje lo dejé algo natural a excepción de mis labios que los pinté con un rojo para que así el color verde de mis ojos resalte.
Cuando estamos listas las dos nos vamos en el auto de Ariana a una plaza donde quedamos de encontrarnos con Alejandra y Tadeo. El camino es un poco largo pues donde vive ella está retirado de la ciudad, pero con la plática no se nos hizo tan largo.
Mientras Ariana se estaciona yo veo mi maquillaje y está bien, no se arruinó con el calor. Nos bajamos y empezamos a caminar por la plaza en busca de nuestros amigos.
─Es una lástima que ya estés viejita como yo, pero es bueno saber que ya no tendremos que sobornar al guardia.
─Oye, por cierto, ¿Qué tal estuvo esa noche con él? ─me pregunta algo intrigada la atrevida de mi mejor amiga.
─Me sorprendió, puede que el este grande pero tu amigo no lo está ─le cuento el dato revelador que descubrí esa noche.
─Que bueno que lo dices ─dice y me huele a que pensó en acostarse con él.
─Te recuerdo que tú tienes novio ─le doy un zape para que ni se le ocurra.
─Que tal que terminamos hoy ─se soba la cabeza del golpe que le di.
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