"Aura, toma un poco".
Mientras Natasha le daba de comer a Nellie, puso un poco de prosciutto en el plato de Aura. "Has adelgazado últimamente".
Aura se mostró indiferente a los cuidados de Natasha. Ni siquiera le dio las gracias y tomó sus utensilios y se lo comió rápidamente.
Luna bajó la cabeza y se obligó a evitar que se le cayeran las lágrimas. Perdió toda la energía para seguir discutiendo con Aura.
Resulta que así era como su madre pensaba de ella. Después de abandonarla durante seis años, todo había cambiado.
Su madre, que antes le creía incondicionalmente, Aura le había lavado el cerebro. Ya no creía en Luna.
¿Por qué?
Si su madre pudiera confiar más en ella, se daría cuenta del plan de Aura y Joshua. Era defectuoso y estaba lleno de errores.
Si su madre aguantara un poco más, tendría el valor de reconciliarse en secreto con ella.
Había dejado a su madre durante demasiado tiempo. Quería enterrarse en los brazos de su madre y llorar.
La desconfianza, los malentendidos y el desconocimiento. Eran como un enorme muro que la bloqueaba. Solo podía seguir poniéndose la máscara, seguir siendo una extraña ante su propia madre.
Luna no disfrutó en absoluto de aquella comida. Cuando dejó los cubiertos, sonó su teléfono.
"Trae a Nellie después de comer". El tono de Joshua era frío y grave. "Tu hijo me ha dicho que tú sabías lo que Aura pensaba de Nellie. Si lo sabías, ¿por qué te atreviste a traer a Nellie a comer con ella? ¿Hmm?".
Luna frunció los labios. Se volvió para mirar a Natasha, que estaba jugando felizmente con Nellie. "La Abuela de la Señorita Nellie está aquí. Pensé que la Señorita Nellie acababa de volver del extranjero. Debería pasar algo de tiempo con su Abuela, así que...".
Joshua se burló: "¿Desde cuándo te has vuelto tan humana?".
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