En la cocina, Lily estaba preparando pollo frito con los otros sirvientes.
"Señorita Luna”, Lily saludó con una sonrisa cuando notó que Luna entraba. “El pollo frito es tan grasoso y poco saludable. No entiendo por qué a los niños les gusta tanto".
Luna frunció el ceño y miró la comida. Lily tenía razón; se veía bastante grasoso.
Luna recordó que había algunos ingredientes sobrantes en el refrigerador de la última vez que hizo la sopa de champiñones. Ella respiró hondo, se puso un delantal y empezó a preparar sopa de champiñones.
"Señorita Luna". Era raro que ambas pudieran hablar así en privado, así que Lily exhaló un profundo suspiro y comenzó: "De hecho, el Señor Quinn...".
"Shh". Luna frunció el ceño y le impidió continuar. "Eres la nueva sirvienta aquí en la Villa Bahía Azul, y si alguien descubre la relación entre tú y Malcolm, pensará que eres su espía",
murmuró Luna en voz baja mientras preparaba los ingredientes con destreza.
Lily se congeló ante su respuesta. Su rostro se puso pálido.
"¿No... no quieres hablar de él?", preguntó Lily. Ella había trabajado como sirvienta para los Quinn en el pasado, por lo que había sido testigo de primera mano de la devoción que Malcolm mostraba hacia Luna. Cuando Luna todavía estaba en el extranjero, no era demasiado cercana a Malcolm, pero igual mantenían una relación amistosa.
Sin embargo, desde que Luna regresó a Ciudad Banyan, ya no se mantenía en contacto con él tan a menudo. Cada vez que Lily recordaba la forma en que Malcolm miraba con nostalgia el teléfono, no podía evitar sentir simpatía por él. Este hombre era tan fiel y comprometido con Luna, pero ella se negó incluso a mencionarlo en una conversación.
"No es que no quiera hablar de él.", explicó Luna, con el ceño fruncido. Ella bajó la voz y continuó:" No creo que este sea el lugar adecuado para hablar de él".
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