"Señora, entremos a hablar". Neil notó lo fea que se volvió la expresión de Luna, por lo que se acercó a Natasha y sonriendo le jaló de las mangas. "Hay mucha gente en nuestra comunidad, los vecinos hablarán. ¡Será mejor si hablan adentro!".
Natasha frunció el ceño y quiso rechazar a Neil hasta que lo miró bien a la cara.
Esa cara...
Inexplicablemente ella pensó en Luna Gibson cuando era joven. El aura de ese chico, su olor y esos ojos enormes iluminados por las estrellas eran iguales a los de Luna Gibson cuando era joven.
Todos sus pensamientos volaron por la ventana cuando Natasha lo miró.
Después de un rato, Natasha suspiró y dejó que Neil la guiara adentro.
El exterior de la casa no era diferente a la de los demás. Lo que Natasha no esperaba era que el interior, decorado de forma sencilla y limpia,
tuviera las paredes y los techos carbonizados con marcas de incendio.
Aunque se repintara la casa, no se podía cubrir por completo las marcas de incendio.
Natasha se detuvo un momento.
"Su casa...".
"La Señorita Aura mandó a alguien a quemarla". Neil llevó a Natasha al sofá antes de sentarse frente a ella. “Mi Mami y Nellie aún estaban aquí el día que la casa fue incendiada. Si no las hubieran rescatado a tiempo, habrían muerto".
Los ojos de Neil eran enormes y brillantes, totalmente adorables, pero sus palabras agitaron a Natasha.
"Imposible. Aura es la tía de Nellie y nunca haría semejante cosa. ¡Alguien debe haberles mentido!".
Ella volvió a mirar las manchas negras de la habitación y confirmó sus creencias. "Imposible".
"Té". Luna sirvió té recién hecho de la cocina." Hoy fue mi primer día en el Grupo Lynch. Aún no tengo mucho contacto con Joshua".
Luna respiró profundamente y trató de reprimir sus emociones. "Así que no podré averiguar tan rápido lo de Aura".
Ella puso la taza de té frente a Natasha. "Tía Natasha, tome un poco de té".
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