Recuperar Su Amor (Luna y Joshua) romance Capítulo 355

El banquete continuó hasta altas horas de la madrugada.

No era la primera vez que Joshua iba a la Ciudad del Mar, pero por alguna razón desconocida, ellos fueron excepcionalmente acogedores y entusiastas. Hicieron cola para brindar por él, mientras él vaciaba copa tras copa...

Finalmente, casi cayó inconsciente, murmurando nada más que el nombre de Luna Gibson sin parar, y fue arrastrado de vuelta a su hotel por Lucas.

"Yo me ocuparé de él". Lucas lo arrastró a la habitación. Siguiendo detrás de él, Alice dijo suavemente: "Has trabajado mucho hoy. Gracias".

Dejando al borracho Joshua suavemente en la cama, Lucas frunció el ceño. "Señora, ¿por qué no me ocupo yo del Señor Lynch en su lugar? En los seis años en los que usted no estuvo, me ocupé de él cada vez que se emborrachaba. No se preocupe, usted también debería descansar un poco".

Él se levantó y fue al baño a mojar una toalla, con la intención de limpiar a Joshua.

En el momento en que abrió el grifo, una mano le

agarró el brazo.

Alice sonrió suavemente y le miró: "Yo lo haré. ¿ No has visto esta noche? Él y yo acabamos de reconciliarnos y quiero cumplir con mis deberes de esposa. Además...".

Hizo un mohín en dirección a la puerta. "Ya lo has oído. No paraba de llamarme, usando mi antiguo nombre".

Lucas hizo una pausa pero finalmente suspiró:" De acuerdo entonces".

Él le explicó los puntos esenciales que debía recordar, y se dio la vuelta y se fue. La puerta se cerró de golpe tras él.

Alice y Joshua eran las únicas dos personas que quedaban en la espaciosa suite presidencial.

Alice cerró la puerta con pura satisfacción. Luego se dirigió a la cama y lo miró fijamente desde su posición elevada. Él todavía murmuraba el nombre de Luna Gibson sin parar.

"Joshua Lynch... Después de todos estos años, por fin eres mío".

Con eso, ella se rio encantada, se dio la vuelta y se dirigió al baño.

Esa noche era la más importante de su vida. Quería darse un buen baño con pétalos de rosa

Estaba demasiado borracho. No podía ni siquiera caminar bien, y se apoyaba en la pared para sostenerse a cada paso que daba.

De alguna manera, se dirigió a la habitación contigua a la suya.

El borracho golpeó la puerta en su estupor de borracho. "Abre la puerta. Abre la puerta".

En ese momento, dentro de la habitación, Luna estaba hablando con Nigel por teléfono, vestida con su pijama.

Madre e hijo estaban enfrascados en su conversación cuando escucharon unos duros golpes en la puerta.

Luna reconoció la voz de Joshua y optó por ignorarlo, pero los golpes no hicieron más que aumentar, y la voz del hombre sonaba cada vez más ansiosa y agitada.

"Mamá, será mejor que vayas a echar un vistazo.

A juzgar por su voz, él está borracho".