Recuperar Su Amor (Luna y Joshua) romance Capítulo 357

Joshua abrazó a Luna durante mucho, mucho tiempo.

Él estuvo a punto de quedarse dormido en la cama de ella abrazándola, pero entonces recordó que no estaba en su habitación. Después de estar acostado un buen rato, se levantó de manera temblorosa y se propuso volver a su habitación.

Luna miró sus pasos inestables y sintió que su resolución se ablandaba.

Ella respiró hondo, apoyó su peso en su hombro y salió lentamente de la habitación. La puerta de la habitación al lado de la suya seguía abierta.

Luna suspiró. Él probablemente se había olvidado de cerrarla al salir.

Ella lo ayudó a entrar en su habitación, cerró la puerta y se volteó para traerle un vaso de agua. Mientras ella revisaba su estado, él debió aventurarse a su habitación porque no encontró agua en la suya.

Colocando el vaso de agua sobre la mesa, lo arropó con las mantas y se dio la vuelta para marcharse.

Antes de que pudiera alejarse, él volvió a tirar de

ella.

El hombre se rio ligeramente y la apretó debajo de él. "Cariño, estás en casa conmigo. ¿A dónde vas?".

Luna se puso rígida, pero antes de que pudiera reaccionar, sus besos llovieron sobre su cara.

Después de salir de la sala de vigilancia, Alice se apresuró a la habitación de Luna con sus subordinados. Llamó a la puerta de manera frenética.

"¡Luna, sal! ¡Luna! ¿No dijiste que no querías ser una amante? ¡¿Por qué retienes a mi marido?!".

"¡Luna!". Ella golpeó sin cesar. "¡Sal, ahora mismo!".

¡Joshua era suyo esa noche!

Ella había hecho todos los preparativos necesarios, ¡y no podía dejar que todo su esfuerzo se desperdiciara!

Con eso, Yonas tosió ligeramente. "Además... usted está bendecida por los Dioses, un regalo del cielo. No debería entrar ahora mismo y convertirse en la sustituía de otra persona, ¿tengo razón?".

Al instante, la expresión de Alice se volvió fea.

A ella no le importó lo que él dijo, lo único que le importó fue su última frase.

Ella fue bendecida por los Dioses, bien amada y respetada. Ella ya no quería ser la sustituía de nadie.

Ante ese pensamiento, la mujer se burló e inmediatamente retiró su mano levantada.

"Espera aquí. Infórmame cuando Luna se haya ido

Yonas hizo una pausa y luego asintió. "Sí, Señora".