Luna no tenía los laxantes con ella.
Ella bajó la cabeza. "No los traje conmigo".
"Lucas", el tono de Joshua era frío como el hielo mientras hablaba: "Regresa a la Villa Bahía Azul y trae los laxantes".
Luego, él tenía una mirada ligeramente coqueta. Miró a Luna con sus ojos profundos y cortantes. "¿ Dónde los pusiste?".
Luna se mordió el labio. No sabía por qué ese hombre estaba de repente tan emocionado e insistente en que consumiera los laxantes que él también había consumido.
Ella frunció el ceño. "Señor Lynch, es mucha molestia para Lucas volver a la villa y traerlos. Estamos en un hospital, ¿por qué no hacemos que el médico...?".
"¡Sí!". Estaba claro que Lucas no quería hacer el viaje de vuelta a la Villa Bahía Azul, pero antes de que Luna pudiera terminar de hablar, Lucas la interrumpió: "Señor, ¿por qué no voy a buscar al médico ahora?".
"Dije que quiero que ella se coma la porción que le sobra". Joshua le lanzó una mirada fría a Lucas. Su tono era lo suficientemente frío como para congelar el Ártico. "¿No lo entiendes?".
Lucas estaba atónito. Su expresión se ensombreció gradualmente.
Él levantó la mirada y miró a Luna con seriedad. "¿ Dónde pusiste los laxantes?".
Luna cerró los ojos. Ni siquiera tenía laxantes, así que solo se le ocurrió algo.
"En el cajón inferior de mi mesa de noche".
Esas eran vitaminas que ella había comprado no hace mucho. Tenía la intención de dárselas a Nellie. Sin embargo, en esas circunstancias, solo podía ofrecer eso.
"Lucas". Joshua miró fijamente a Lucas.
"Regresaré ahora mismo". Lucas salió inmediatamente de la sala al escuchar eso.
Una vez cerrada la puerta, Luna y Joshua se quedaron solos en la habitación. La atmósfera era fúnebre y deprimente, y Luna sintió que se le secaba la garganta. Era incómodo.
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