Después de colgar la llamada de Malcolm, Luna se acostó en la cama y descansó un rato. Sin saberlo, se quedó dormida.
Ella tuvo un sueño.
El sueño fue del momento en que conoció a Joshua por primera vez. Era una cálida y soleada tarde de primavera.
Ella estaba sentada bajo un árbol de flor de cerezos, sosteniendo un tablero de dibujo mientras dibujaba. Después de que las flores de cerezo se agitaron por el viento, vio a ese joven vestido de blanco.
Tenía un rostro muy marcado y rasgos faciales prominentes. Su ropa blanca amplificaba su frialdad y realeza.
Él estaba leyendo debajo de un árbol en la distancia mientras sus cejas se fruncían ocasionalmente.
Distraídamente, Luna lo dibujó en sus bocetos.
"No está mal." Cuando le puso los últimos colores,
escuchó de repente la voz baja del joven.
La mano de Luna tembló. Ella logró con éxito colorear su rostro de negro.
Completamente alarmada, no supo si levantarse y saludarlo o esconder el boceto en sus manos.
En ese momento, Joshua detrás de ella se rio suavemente. "Me dibujaste feo".
Él tomó su lápiz con sus largos y delgados dedos, y sus grandes manos. Escribió una serie de números en su boceto.
"Te daré la oportunidad de redimirte. Contáctame cuando hayas editado el boceto. Lo voy a comprar".
Ella frunció los labios, se dio la vuelta para mirarlo y le preguntó: "¿Cómo debo llamarte?".
Él sonrió levemente. "Llámame Joshua".
"Joshua...". Luna murmuró su nombre y se despertó de su sueño.
En ese momento, el cielo afuera estaba completamente oscuro. La tenue luz de la luna brillaba a través de las ventanas y parecía bastante lúgubre.
Las lágrimas se acumularon en el rabillo de sus ojos. Luna sollozó y se las secó.
Justo cuando estaba a punto de levantarse de la cama, alguien encendió la luz de su habitación.
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