Renacer en el Incendio: Me Casé con Mi Salvador romance Capítulo 15

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Los siguientes días pasaron volando y, como era fin de semana, Karina apenas tuvo tiempo para pensar en otra cosa que no fuera resolver sus pendientes. El trámite de la herencia seguía atascado; por alguna razón, la notaría no terminaba de liberar los papeles para que ella pudiera recibir oficialmente su parte.

En cambio, los chismes sí volaban rápido: se enteró de que Valentín y Fátima nunca llegaron a casarse. Aquella boda que iba a costar más de diez millones de pesos simplemente se esfumó, como si el dinero se hubiera ido directo por el drenaje.

Al escuchar la noticia, Karina sintió una ligera sorpresa, aunque se le pasó en segundos. Pensándolo bien, no le extrañó tanto. Conociendo a Valentín y lo mucho que decía querer a Fátima, seguro estaba planeando algo todavía más espectacular, una boda única que fuera solo de ellos dos, sin tener que conformarse con una celebración reciclada. Para alguien como él, jamás permitiría que Fátima aceptara una boda que originalmente había sido planeada para otra pareja.

...

El lunes muy temprano, Karina recibió un mensaje de Lázaro.

[Lázaro: Este fin de semana hay reunión de familias en el equipo, ¿quieres venir?]

Sin pensarlo mucho, Karina marcó su número.

Contestó de inmediato; detrás se escuchaba ruido, muchas voces, como si estuviera en un lugar lleno de gente.

—Sr. Lázaro, vi tu mensaje.

—Ajá —respondió él, con ese tono suyo siempre tan calmado.

—Mira, esta semana voy a estar con mil pendientes. Si no es algo a lo que tenga que ir sí o sí, mejor lo dejo pasar por ahora.

Hubo unos segundos de silencio.

—Entiendo. Tú haz lo tuyo —dijo Lázaro, sin dejar ver ningún atisbo de emoción—. Que tengas buen día.

—Gracias.

Karina colgó y dejó el celular sobre la mesa. Sin poder evitarlo, le apareció una sonrisa. Tratar con gente inteligente era un alivio; no había que explicar demasiado.

...

Mientras tanto, en el comedor del cuartel de bomberos de Puerto Escondido, todo era bullicio. Un grupo de bomberos rodeaba a Lázaro, quien, como siempre, mantenía ese aire serio que parecía imposible de romper.

—Jefe, ¿va a venir la nueva cuñada a la reunión del fin de semana?

—¡Tienes que presentárnosla! ¡Nos tienes con la intriga!

—¿Era ella la que te llamó ahorita? ¿Va a venir o no?

El rumor de que el jefe había pasado de “soltero” a “casado” en la lista de asistencia de la mañana los tenía a todos con los ojos abiertos como platos. ¡Se había casado la semana pasada y nadie lo supo! Para ellos, esa noticia era más impactante que un incendio de tercer nivel.

Cada mes organizaban una reunión para las familias del equipo, y esta vez iba a ser el primer evento después de la boda express de Lázaro. Todos estaban ansiosos por conocer a la misteriosa esposa.

Lázaro alzó la vista y los miró de reojo.