Renacer en el Incendio: Me Casé con Mi Salvador romance Capítulo 31

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Por fin alzó la mirada y, por primera vez, la miró de frente. Sus ojos eran tan afilados como una navaja.

—La reputación del marco de privacidad de datos de Sistema Firmamento no es nada buena en la industria.

Su voz sonó cortante, cargada de juicio y presión.

Karina se obligó a mantener la calma, sosteniéndole la mirada sin titubear.

—Eso fue una concesión por decisiones comerciales, no por fallas técnicas. Si yo liderara el proyecto de Panorama de Casa, implementaría aprendizaje federado y técnicas de privacidad diferencial. Así, la experiencia del usuario sería impecable y los datos estarían totalmente seguros, sin salir jamás de casa.

El hombre tras los lentes entrecerró los ojos.

—Eso suena bien, pero las palabras se las lleva el viento.

—Deme una oportunidad y dejaré que mi propuesta hable por sí sola.

Karina sostuvo su mirada, sin ceder ni un poco.

Hubo un silencio tenso. Al final, el hombre apartó la vista y volvió a recostarse con desdén en el sofá, soltando apenas un —Hmm— desde lo profundo de la garganta.

El director de Panorama de Casa intervino de inmediato, nervioso pero cordial.

—Señorita Karina, por favor preséntenos su propuesta cuanto antes. La evaluaremos y le daremos una respuesta.

—Gracias, Sr. Boris. Gracias, director.

Karina asintió con educación y, sin perder la compostura, se giró y salió del salón.

Apenas cerró la puerta, su asistente estalló de emoción, bajando la voz pero sin poder contenerse.

—¡Señorita Karina! ¡Usted es increíble! ¡De verdad lo logró! Yo allá afuera sentía que las piernas ya no me respondían, pensé que nos iban a sacar de inmediato.

La admiración le brillaba en los ojos como si viera una estrella fugaz.

Karina exhaló despacio, dejando que por fin su tensión se disolviera por completo.

Sin proponérselo, alzó la vista y se topó de lleno con una mirada oscura y densa.

No muy lejos, Valentín sostenía una copa de champaña, observándola fijamente, sin parpadear siquiera.

Su expresión era tan oscura como el fondo de una olla quemada, y en sus ojos ardía una furia contenida.

Karina se quedó quieta solo un instante. Luego, en dirección a él, levantó la barbilla con un gesto desafiante.

Y sin volver la cabeza, se marchó con paso firme.

...

Fátima se acercó a Valentín, su voz suave, casi un susurro.

—Valentín, Karina consiguió la oportunidad de competir en la licitación de Panorama de Casa. Tal vez sí pueda salvar a SenTec.

Valentín soltó una risa amarga y sus ojos se oscurecieron aún más.

—Conseguir la oportunidad de competir no significa haber cerrado el trato.