Renacer en el Incendio: Me Casé con Mi Salvador romance Capítulo 36

—¡No, para nada hay problema! —exclamó el profesor Martínez poniéndose de pie, tan emocionado que la voz casi le temblaba—. ¡Es impresionante! ¡No puedo creer que esto lo haya escrito una de mis alumnas! Karina, ¡tengo que recomendar tu tesis al profesor Víctor Herrera! ¡Estoy seguro de que tu marco conceptual le va a llamar mucho la atención!

Víctor Herrera. Una verdadera leyenda en el mundo de la inteligencia artificial.

Al escuchar ese nombre, la mirada de Karina perdió su brillo por un instante y guardó silencio.

En ese momento, una voz femenina, clara y con el tono divertido de quien se sabe dueña del momento, rompió el clima de entusiasmo.

—La tesis de Karina sí que está increíble. Si tú misma armaste este marco, supongo que conoces cada dato que contiene —comentó Fátima, sonriente pero con los ojos afilados—. Quiero preguntarte algo: cuando tu modelo llegó a la tercera etapa de simulación de ataques, ¿por qué el umbral de inyección de ‘ruido fantasma’ tuvo una caída tan abrupta? Ese cambio en los datos no cuadra con ninguna teoría conocida.

Se inclinó un poco hacia ella, entrecerrando los ojos con picardía.

—O… ¿acaso esos datos clave, en realidad, no los obtuviste tú misma?

El aire en el salón se tensó de inmediato.

La emoción en el rostro del profesor Martínez se transformó en desconcierto y preocupación.

Los demás maestros se miraban unos a otros, incómodos.

Esa pregunta era un misil directo. Ya no se trataba de discutir conceptos académicos, sino de poner en duda la autenticidad de su tesis.

Karina se tomó un breve instante antes de responder. Respiró hondo y, con voz firme, contestó:

—Ese punto de inflexión no es un error, ni una anomalía. Lo programé a propósito para enfrentar los llamados ‘ataques sombra’. Cuando el sistema detecta una inyección de muestras hostiles que superan el umbral habitual, baja de inmediato el nivel de ruido a un valor mínimo, pero solo en apariencia seguro. Así engaña al atacante, provoca que cometa un error y revela tanto su ruta como la fuente de los datos. Si lo quiere ver así, es como una trampa invertida, un tipo de ‘honeypot’ pero al revés.

Su explicación fluyó sin tropezar, cada palabra llena de convicción.

Los profesores se quedaron boquiabiertos unos segundos. Luego, en sus ojos apareció un brillo aún más intenso que antes.

Fátima la miró de arriba abajo, sorprendida, y de pronto sonrió con auténtica admiración. Incluso fue la primera en aplaudir.

—Muy ingenioso, Karina. De verdad, eres brillante.

Hizo una pausa, y luego preguntó, con un tono curioso:

—Pero dime algo. Con tu nivel, podrías estar en cualquier universidad top. ¿Por qué elegiste esta?

Se detuvo un momento antes de agregar:

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