Mercedes apretó el celular con fuerza, sintiendo que todo esto era una cruel ironía.
Resultaba que, sin que ella se enterara, esas dos personas ya se habían convertido en la pareja reconocida por todos.
Brayan siempre había sido reservado, poco dado a mostrarse en público.
Pero ahora, paseaba con su novia de la juventud, mostrándose sin pudor alguno por todos lados.
Mientras tanto, ella llevaba años manejando el laboratorio del Grupo Cruz con absoluta dedicación. Al final, solo unos cuantos directivos sabían cuál era la verdadera relación entre ellos.
Para todo lo demás de la empresa, Brayan nunca le informaba nada ni le permitía involucrarse.
Mercedes cerró la página de noticias y notó que el corazón seguía doliéndole con un pinchazo agudo.
Aunque cada vez se sentía más insensible ante ese dolor.
Quizá pronto terminaría por volverse inmune a ese sufrimiento...
Al atardecer, Brayan llegó a casa después del trabajo, colgando despreocupado el saco del traje y la corbata sobre el antebrazo.
La camisa blanca tenía dos botones desabrochados, su expresión era seria y elegante, y sus largas piernas, envueltas en el pantalón de vestir, lo hacían ver aún más imponente.
Al entrar, dejó el saco en el brazo del sofá.
Mercedes estaba cerca y volvió a percibir ese aroma de perfume ajeno.
Sintió náuseas y quiso alejarse, pero Brayan, mientras servía agua, comentó con indiferencia:
—Rosalba últimamente ha estado muy inestable. Deja libre tu laboratorio, tengo otros planes. A partir de ahora, encárgate de cuidarla bien en casa.
Mercedes se quedó helada al escuchar eso.
Antes de que pudiera reaccionar, Brayan continuó:
—El Grupo Cruz y la familia Silva han llegado a un acuerdo estratégico. Como muestra de confianza, voy a dejarle el laboratorio a Pamela. Ella ya ha trabajado en laboratorios grandes del extranjero, y en experiencia, la neta, te supera.
El tono con el que lo dijo era definitivo, ni siquiera lo planteaba como una opción.
Todo ya estaba decidido. La opinión de Mercedes, a él, poco le importaba.
Mercedes apretó los puños con fuerza, sintiendo que algo le apuñalaba el pecho. Por dentro, la tristeza y la impotencia le revolvían el alma.
Ella nunca fue una ama de casa de tiempo completo.
En su momento, había aceptado entrar al laboratorio de ‘IA médica’ del Grupo Cruz solo por Brayan, para apoyarlo y estar cerca de él.
Antes de eso, tenía su propio camino profesional.
Lo suyo era la investigación y el desarrollo en medicina.
Pero por él, sacrificó sus sueños y aspiraciones.
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