Rómpeme, Cúrame y Olvídame romance Capítulo 28

—Melody, no puedes simplemente tomar una pastilla y pretender que todo está bien, esto no es un resfriado que se cura con medicamentos—

Igor se sentó a su lado, hablando con el corazón en la mano, —Además, hasta para un resfriado hay que tomarse los remedios por cuatro o cinco días, así no se puede, hermana...—

Melody intentaba convencer a su hermano con mimos, —Oye, mira cómo ya estoy bien, y normalmente... también estoy bien—

—¿Y qué pasa si te encuentras con Briar de nuevo?—

La pregunta directa de Igor le dio un vuelco al corazón a Melody.

Cada vez que se encontraba con Briar, se sentía confundida, desordenada y totalmente indefensa. Ese hombre le había hecho tanto daño que ya estaba hundida en esa oscuridad.

Melody respiró hondo, —Hermano, hay dolores que ninguna medicina puede curar. Solo puedo contar conmigo misma—

El temor y el odio hacia Briar ya estaban tan arraigados en lo más profundo de su corazón que, en cualquier momento que algo se relacionara con él, perdía la razón.

Ningún remedio podría salvarla. O ella moría, o moría Briar, ese era el único fin para todo esto.

Si realmente quería superarlo, tenía que hacerse más fuerte, solo así podría evitar ser lastimada por él.

Melody levantó la vista, sus ojos brillaban intensamente, —Hermano... no quiero vivir más en la sombra de Briar. Necesito una nueva vida, un nuevo comienzo, y aunque esté enferma, lucharé para superar el miedo...—

Igor apretó su mano con fuerza, —Todo es culpa mía por no haberte protegido...—

—No, hermano, tú no tienes la culpa, la verdadera culpable soy yo—

Melody soltó una risa amarga, —Si no hubiera confiado ciegamente en él hace cinco años, nuestra familia no estaría en esta situación—

Al final, su ciega devoción había desencadenado una catástrofe. Ella era la pecadora, sin perdón posible.

Al día siguiente, al llevar a Eric al jardín de infancia, él entró con una sonrisa orgullosa, —¡Hoy mi mamá me trajo!—

—¡Guau, Eric, en serio no estás mintiendo!—

—Tu mamá es muy bonita—

—Señorita hermosa, ¿puedes ser mi mamá también?—

—¡Ella es mi mamá!—

Eric dispersó a la multitud de niños que rodeaban a Melody, —¡Nadie se la lleva!—

—¡Tacaño! Señorita hermosa, realmente quiero ser tu hija—

—Es la mamá de Eric, ¡qué envidia, es tan bonita!—

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