Secretos de Lobos. romance Capítulo 90

Narrador.

Charlotte no entendía por qué razón Fátima pedía verla, a pesar de que son amigas después de todo, igual le pareció raro que ella solicitara no ver a Nazia igual y más por qué después de tener a su bebé se supone que debía estar tan alegre que no tendría interés de pensar en nadie más y aunque quiso indagar, no lo hizo, sino que con rodillas temblorosas se levantó y cuando llegó a su lado, vio su semblante tan pálido jadeó asustada.

—¿Qué te pasa, porque te ves tan mal? — no evitó indagar mirando a todos.

—Charlotte…, — llamó Fátima con voz ya apenas audible y Moran, el lobo de Kasul que tiene más percepción que su humano aulló dentro de su pecho, fue más que un aullido, un lamento de dolor. Aunque no es su mate igual es a la primera mujer que su humano quiso y la única persona que le recordó cómo volver a ser un lobo, y lo que significa pertenecer a la manada y querer luchar por más significativo que no sea por el odio o la venganza. Le dio sentido a su existencia y razones más concretas de ser, provocando que ya no viera en sí mismo a alguien débil o inútil, que antes no hacía más que suponerse la sombra de su hermano.

#Ella va a estar bien, Moran# consoló a su lobo con fuertes esperanzas en Moira y su elixir mágico.

Karim miraba todo con una mano colocada en la boca, reflejándose a sí mismo en su hermano cuando también llegué su momento, y aunque veía la abnegación en Kasul a Fátima, se le veía la muerte sin necesidad de saber de medicina, el pulso débil y el pequeño ronquido que emitía como si agonizara era más que suficiente que palabras.

—Prométeme que vas a cuidar a mi bebé, críala como te han criado a ti, que sea una mujer libre, sin miedo a nada—. La manera de hablar de Fátima era lenta y demasiado pausada.

—Pero ¿qué dices?, hablas como si te despidieras y tú estás viva— le reprochó Charlotte, empezando a llorar con mucho temor.

—No necesito ser una loba o nada mágico para saber que estoy muriendo, todo mi interior se ha desgarrado, ellos lo saben —Charlotte miró a la doctora que con lágrimas en los ojos que no pudo evitar soltar, asintió y Kasul se levantó de resorte.

—Porque…, no dijeron nada, acaso no tienen humanidad. Me dejaron creer que está todo bien— le gritó a los doctores que no habían dicho nada porque vieron en Fátima la certeza y aceptación, sintiendo que se escucharía muy cruel, solo decir algo que ya ella sabía y que aceptó con conformidad.

—Hermano, no se trata de crueldad, se trata de que ellos percibieron en Fátima algo que tú no, por estar enfocado en tu deseo, ahora no pierdas tiempo en pelear por favor, aprovecha estos segundos o te arrepentirás por el resto de tu vida— Kasul bajo la cabeza observando a Fátima y a su pequeña hija. Se acercó a ella y la abrazó.

—¿Por qué simplemente te resignaste a dejarme así de fácil? — preguntó roto dejando salir el llanto.

—Ya te dije Kasul, soy feliz porque no espere nada de la vida y me diste más de lo que pude tener nunca. No me resigné, solo fui conforme, mira, te estoy dejando una parte de mi amor aquí—, con mirada helada, vio a su cachorrita y él sonrió en medio de su llanto, pero su semblante no pudo transmitir la alegría que quería reflejar, sino que dejó ver más su dolor.

PERDIENDO LA FE EN SI MISMA. 1

PERDIENDO LA FE EN SI MISMA. 2

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Secretos de Lobos.