Cuando íbamos de camino recordé que había visto un motel.
— ¿La ha pasado bien? — me preguntó el taxista.
—Si, ha sido una noche agradable.
En eso vi el motel.
—Entra ahí.
El se sorprendió al escuchar eso.
—Disculpe.
—Si, entra a ese lugar conmigo.
Abrí mi cartera.
—Esto es por tus servicios — le di $100 — y esto si entras ahí conmigo, pero no te lo volveré a repetir — le enseño $100 más.
El sin pensarlo entro al motel, pague la habitación.
—Tu si que eres difícil.
—Lo siento, nunca pensé que usted quería ésto.
El vino y me intento besar.
—No, nada de besos en la boca, en el cuerpo si.
Me empezó a besar el cuello, se mostraba desesperado, me empezó a pasar sus manos sobre mis nalgas, yo puse mi mano sobre su paquete, ya se sentía duro, me había puesto un vestido para que no se me dificultará, el levantó todo el vestido y me dejó en ropa interior.
—No me quites el sostén, estoy dando de amamantar y ahorita solo son de mi niña.
Me acostó en la cama y me quito el calzon, se fue directo a mi coño, no es lo mismo sentir una lengua de hombre a una de mujer, las mujeres solemos ser más cariñosas, hacemos a como nos gustaría que nos traten el hombre solo piensa en su placer, pero este no lo hacía nada mal, pero si continuaba así me correría en su boca y no quería aún éso, me levanté y senté en la cama, le empecé a quitar el pantalón, al ver su miembro, era pequeño, pero no importa en este momento quería algo adentro, le empecé a dar una mamada y le acariciaba los testículos.
—Tu si que sabes tratar a un hombre.
—Me alegra que te guste, te has portado bien conmigo que mereces una recompensa.
Pensé que el quería seguir así, pero me empujó hacia adelante y empezaron las embestidas, para ser pequeña sabe moverse bien, claro que yo no me quede atrás, cuando vi que se estaba cansando lo empuje y me senté sobre el, empecé a moverme yo, lo hacía de arriba abajo y en círculos, mi cuerpo necesitaba esto desde hace mucho.
—Si sigues así me voy a correr rápido.
Cómo sabia que no estaba protegida, lo saqué le puse el condón y me volteo, ahora el podía ver todo el espectáculo de como me lo mete, solo en esta posición pude disfrutar más, cuando en eso sentí los espasmos de él y al parecer nos corrimos al mismo tiempo.
—Ve y lávate.
—Estoy exhausto, realmente no creo que pueda hacerlo de nuevo.
—Es que tú me estás dando un servicio, aún no estoy satisfecha, ve y lávate, casi no me gusta sentir la sensación de lubricante.
El se fue a lavar, pero cuando regreso, era más grande mi pulgar que mi pene, al ver eso me quedé descepcionada, me empecé a vestir, el hizo lo mismo, en vez de darle $100 solo le di $40.
—Oiga, pero esto no fue lo prometido.
—Tus servicios fueron pésimos, no estoy satisfecha.
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