"Siguen las detenciones por el caso de la corporación, cada vez hay más funcionarios públicos involucrados, esté es el mayor escándalo que ha tenido la ciudad desde el 90, hoy la policía hizo posesión de 3 edificios de lujosos apartamentos, en cuál solo uno estaba ocupado por 150 chicas, se presumen que todas ellas eran trabajadoras sexuales, la policía no ha dado mayor información, entre otras noticias se nos informan que el empresario Juan Palacios fue declarado muerto en Uruguay, luego de un enfrentamiento entre un grupo armado del que él era parte y las fuerzas policiales, se estima que murió producto de una explosión que hubo en la casa, su prometida se encuentra desaparecida, al igual que su exesposa"
—Ya sabía yo que este lugar caería tarde o temprano, pero para mí es un gusto poder ver el fin de ese sitio — dije.
—Estoy segura que quién dirigía ese sitio debe ser algún político, por la forma en que trabajaba la policía, los misterios que tiene ese sitio — dijo Alicia.
—Quien sabe, pero yo sé que atendí a alguien importante, realmente en ese tiempo no sabíamos en quien confiar, imagínate que una chica trato de convencer a un cliente para que denunciará el sitio,al final de un cliente falso, terminó con muchos golpes — les conté.
—Pobre chica — dijo Stefany.
Azucena va entrando en ese momento con las comidas.
— ¿Ya le has llevado de cenar a la otra Alicia?— pregunté
—No, aún no, les he traído a ustedes primero —
—Quisiera hablar con ella, déjame verla.
—Sabe que no puedo, ella no debe de saber que ustedes están aquí.
— ¿Que diferencia habrá si se da cuenta que estoy aqui? Al final no podrá escapar.
—No insistas, no te dejaré entrar.
—Puedo hablar con tu jefe y estoy segura que terminará aceptando.
—Mientras no reciba una orden directa, no te dejaré entrar.
Esas fueron sus últimas palabras antes de marcharse.
— ¿Por qué desea entrar? Si ella le ha traicionado a usted.
—Mírala ahí, está sola con su hija, la única persona que mira es a Azucena cuando le da la comida, pero debe estar mal, al menos yo lo estaría en esa situación.
La puerta se abre, Azucena llegó de nuevo.
—Te dejaré entrar, pero debes de convencerla que coma, yo no entregaré malas cuentas.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Secretos - La historia de una acompañante