He llegado al apartamento y la cabeza me da vuelta de lo que dijo esa tipa, dos mujeres en la casa para él, es que acaso el tiene relaciones con su hija, yo nunca me hubiera atrevido a hacer eso con mi padre.
Suena mi teléfono.
—Diga.
—El cliente quiere que regreses a la casa el di ade mañana a las 5 de la tarde.
— ¿Cómo? Si hoy casi me sacan a patadas.
—El nos ha explicado esa parte y quiere pedirte disculpas personalmente, indica que de no presentarte no pagará los honorarios, eso significa que a ti se te deducirá lo que el cliente pagaría que son $900 sin incluir tus honorarios, a su vez eso implicaría una penalización por insubordinación e inmediatamente regresaría a la corporación, piénselo bien, si mañana no sé presenta con el cliente, conoce las consecuencias, si se decide, solo vaya con un vestido elegante, nada de fantasía.
Se corta la llamada.
No entiendo, si fuera cuálquier hombre, en estos momentos su esposa lo estaría corriendo de la casa o su propia hija, pero más bien hizo otra cita al día siguiente y en el mismo lugar, no se que me pueda pasar, pero por mi bien espero no se nada malo.
Por la noche no podía conciliar el sueño, solo el hecho de que ese hombre se acostara con su hija que es casi la mitad de el y que su madre lo consintiera, me puse a buscar en mi teléfono, ya el navegador había sido desbloqueado.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Secretos - La historia de una acompañante