Llegue a la dirección que me brindo, la casa quedaba en los suburbios, se miraba atractiva por fuera, en ese momento llegaba Yahoska.
—Hola, tu debes ser Lucy, yo soy Yahoska, gusto en conocerte.
Ella era una mujer alta, blanca, delgada, se miraba a simple vista que cuidaba su cuerpo, los pechos eran mas grandes que los mios y su trasero, se comparaban a los de Azucena.
—Hola Yahoska, si soy Lucy, el gusto es mio.
—Vamos a ver la casa, mira esta casa tiene un precio de venta de $75k, pero desde ya te digo que requiere cierto mantenimiento, por lo que podrías llegar a gastar un poco mas de tu presupuesto.
Al entrar a la casa, se miraba algo maltratada, las escaleras se veían bastante deteriorada, el cielo falso tenia un agujero y algunas ventanas estaban rotas, en el segundo piso nos encontramos con un problema, la puerta de la habitación principal estaba trancada y no era por llave.
—Sabes que Yahoska, vayamos a otra, del todo no me agrada esta casa.
—Esta bien, no se si nos vamos en mi vehículo o separado.
—Vamos en el tuyo, así podremos conversar un poco.
—Me parece genial.
Nos montamos en su vehículo, tomamos rumbo a la siguiente casa.
—Dime Lucy, ¿Quieres una casa amueblada o una vacía?
—Al momento necesito una casa para pasarme ya, que no requiera ningún tipo de reparación y si es amueblada mejor aunque después vaya cambiando los muebles.
—Esta bien, pero asi como me dices tengo dos opciones, aunque exceden tu presupuesto, una anda en $115k y la otra en $123k, pero son casas que ya tienen algunas semanas a la venta, por lo que si hacemos una buena oferta, podríamos conseguir un precio bastante bueno.
—Vayamos a verla, veamos si vale la pena el precio.
Durante el camino no pude dejar de notar que podía ver su brazzier con facilidad y la falda era bastante pegada por lo que se le subía al realizar ciertos movimientos, creo que ella se percato de mi mirada, pero lejos de componerse se subió mas la falda.
—No te ha pasado que aveces es un poco incomodo manejar con faldas tan ajustadas.
—De hecho no me gusta andar en falda, prefiero vestidos o pantalones, pero no una falda tan pegada.
—Por mi trabajo debo de usarlas pero como dices tu, mejor un vestido o pantalón ¿No te incomodaría si me la subo un poco mas?
—Para nada, si por mi fuera manejaras sin ella.
De repente ella se orillo.
— Te tomare la palabra.
Se bajo la cremallera de la falda y se la quito, lleva un boxer, pero no dejaba mucho a la imaginación.
—Así esta mejor.
Solo el hecho de verla de esa manera me estaba calentando, no se porque pero quería poner mi mano en su pierna, llegamos a la casa y en vez de estacionarse en la calle, abrió la cochera que tenia cerradura electrónica y se estaciono adentro.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Secretos - La historia de una acompañante