—Dime, si yo decidiera alejarme de ti, dónde te gustaría vivir.
—No lo se, pensaba que España la vida era más tranquila, pero ha Sido todo lo contrario, playa nudistas, fiestas nudista, drogas para el sexo, quiero algo más tranquilo.
—No me digas que también probaste las drogas.
—No por qué quisiera, pedí una bebida y al parecer me le hecharón algo.
—A pesar que no te conozco muy bien, se puede ver qué eres de las personas que no consume drogas, más por el problema con tu madre.
—Detesto las drogas, puedo tomar una cerveza, pero no licor, tampoco fumar.
— ¿De dónde viene tu adicción al sexo?
—Creo que es por tanto escuchar a mis padres.
— ¿Cómo así?
—Mis padres no se limitaban al momento de tener sexo, yo los podía escuchar en mi cuarto.
— ¿Nunca te pusiste a espiar?
—No, no me interesaba ver, yo los quería mucho a ellos, algo que tenía razón mi madre es que cuando fuera activa, no desaprovecharia las oportunidades.
—Seguro toda tu familia materna es así.
—No lo se.
En eso el se me acerca y lo tenía a la par mía, me acarició el cabello.
—Cuando te ví esa noche, me preguntaba a qué olías, cómo sería tu piel, como se sentiría besar esos labios
Esas palabras me tenían encendida, no me importaba lo que habíamos hablado.
— ¿Por qué no lo descubres?
—Vayamos a un lugar más cómodo.
Sin esperar que el reaccionará, le agarre la cabeza y le besé, el no rechazó mi besó y me agarró de la cintura.
—Tu me haces perder el control fácilmente.
—Tu me tenías loca, me tenías en suspenso al no dejar que te viera.
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