Secretos - La historia de una acompañante romance Capítulo 98

Estaba con Alicia en el cuarto.

—Por salir rápido, no trajimos ropa, estoy segura que si vas a la casa, alguien te estará esperando — Le dije a Lucy.

En eso escucho como una camioneta se estacionó, me asomó por la ventana era él y mi madre sale a recibirlo.

—Ve y ponte por las escaleras, trata de escuchar lo que dicen — le dije a Alicia

Ella así fué, estaba nerviosa, sabía que algo andaba mal, no tardó mucho cuando Alicia llega corriendo.

—Viene para la habitación, al parecer su madre le aviso que usted estába aquí.

—Debi imaginarme que no podía confiar en ella.

— ¿Que hago?

—Quedate cerca de mí y por nada del mundo dejes está habitación.

En eso Juan entra a la habitación.

—Creiste que podías venir y solo esconderte aquí, tienes que aprender algo, muchos en esta ciudad prefieren ayudarme y estar bien conmigo, tu madre sabe lo que le conviene y apenas ustedes vinieron ella me avisó.

—Que quieres de mí, me has hecho la vida imposible.

—Vengo llevarte a tu casa, nada tienes aquí, tu juraste que no volverías y mírate dónde estás.

Sabía que no tenía opción, prefería regresar con el antes que ver a mi madre quien me volvió a traicionar.

—Alicia vámonos de aquí, al final mi madre solo cuida por sus intereses.

—Esta bien señorita Lucy.

Bajamos la escaleras, mi madre estaba en la cocina, ni siquiera se atrevió a vernos mientras salíamos, pero las ganas me ganaron, me acerque a ella, tome una paila que estaba ahí y le di en la espalda, ella inmediatamente cayó al piso, Juan y Alicia no intervinieron.

—Tu eres la peor madre que puede existir, ojalá te pasé algo y te mueras, por ti es que estoy sufriendo en mi vida.

—Niña ilusa, si tan solo fueras obediente no te pasarán estas cosas, agradecida debe estar que el señor pago tanto por ti y ya no estás en la corporación, yo pasé años ahí y no ví mi libertad tan fácil, cientos de hombres pasaron por mi.

—Tu vida no me interesa, mejor te hubiera dejado morir en las drogas.

En eso ella se levanta y me quería dar una cachetada, pero Juan la detuvo.

—Ni se te ocurra tocarla, sino verás las consecuencias de tus actos.

Ella detuvo su mano, pero se le miraba la rabia, los tres salimos, todo el viaje fue silencioso, Alicia solo tomaba mi mano, eso me reconfortaba un poco, llegamos a casa.

—No creas que te podrás esconderte, en la próxima que trates de hacer esto quien asumirá las consecuencias será Alicia — la señala — fácilmente la meto a la corporación y ahí si la tratarán de la peor manera, porque sin mi aprobación ella caerá en la granja.

—A Alicia no la tocaras.

—Ya te lo digo, ahora entren a la casa y nada de ocuparlo como motel.

Al entrar estaba Stefany ahí

Capitulo 98 1

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