—Pues si cuento, porque uno: no voy a ir sola a un evento tan pijo, dos: ya sé que vestido usare y créeme no querrás que vaya sola —advierte y rio ante la expresión de Kev—, tres: si no vas conmigo, dalo por hecho no habrá sexo en un mes y cuatro pero no menos importante, quiero verte con el puto traje, ¿tienes idea de las veces que te he imagino vestido así?
Cada vez decía un numero uno de sus dedos se levantaban, siguiendo el conteo, y conforme iba hablando la boca de Kev iba abriéndose más, para cuando llego a cuatro la cara de sorpresa de mi mejor amigo era un poema digno de una fotografía, odie no tener el móvil en la mano, pero me encargaría de recordare este momento por siempre, él se mordió el labio considerando lo que Dani le había dicho y luego pregunto en tono bajo.
—¿En serio un mes sin sexo?
No aguante y estalle en risas cosa que lo hizo fulminarme con la mirada y me aventó la servilleta arrugada que tenía en la mano y me apunto con su dedo y respondió a mis risas.
—Cállate que esto es serio.
Una risotada salió de mi boca, Kev y la palabra serio no combinaban pero allí estaba el meditando seriamente sobre la decisión que tenía que tomar, luego suspiro miro a mi mejor amiga que lo seguía viendo con el ceño fruncido y los brazos cruzados sobre su pecho.
—De acuerdo tu ganas, pero nada muy pijo ¿vale?
Me tire de lado en la mesa de tanto reírme, Dani se le lanzo encima y lo beso apasionadamente, este le devolvió el beso y desde donde estaba les grite divertida
—Venga ya, consíganse una habitación putos.
Ambos sin dejar de besarse me sacaron el dedo corazón y más risa me dio, luego que dejaron de comerse, Kev le dice a Dani muy cerca de sus labios
—Supongo que tenemos que ir de compras ¿no?...-
El grito de Dani me sobresalto, joder como grita la loca esta, volvió a echársele encima a Kev y este rio por lo bajo negando con su cabeza, luego me miro.
—¿Tú ya tienes tu vestido? —negué con la cabeza.
—No tengo nada tan pijo como para una puta gala así que tendremos que ir de compras los tres.
Dani comenzó a dar pequeño aplausos por la emoción, parecía una niña pequeña cuando le ofrecían comprarle su juguete soñado, Kev la miro sonriendo y en sus ojos apareció este brillo, que solo aparece cuando estas perdidamente enamorado y justo en ese momento me di cuenta que mis mejores amigos estaban coladitos el uno por el otro y nada me hacía sentir más feliz en ese momento que verlos sonreír de esa manera.
Pero basta de cupido y corazoncillos, me baje de la mesa me acerque a la espalda de Dani y mire el tatuaje, era hermoso, definitivamente uno de los mejores de Kev, abrí una de las gavetas del mesón y le lance la crema para que se la untara, esta se giró y Kev con mucho cuidado cubrió el tatuaje, luego la envolvió en papel film y le dio un cálido beso en la nuca se levantó, comenzó a quitarse sus gantes negros.
—Venga vístete ya.
Vi cómo se ponía de pie y pasaba delante de mí hacia el espejo, se miraba el tatuaje y sonreía, se le veía satisfecha y feliz con su nueva adquisición, se giró hacia mí.
—¿Y bien, qué opinas?
Dani y su manía de ser aprobada y aceptada por todo y por todos, asentí.
—Te quedo hermoso nena.
Ella vuelve a mirarse y sonríe, Kev pasa por su lado deja un beso en su mejilla y una blusa en sus manos y sale del cubículo, lo escucho gritarle a Jeffrey —otro de los tatuadores.
—J hijo de puta, ven a pagarme acabo de terminar con Dani.
Ambas nos miramos extrañadas y nos asomamos a la puerta, en el pasillo vemos a Kev y Jeffrey hablando mientras el primero se ríe y el segundo está contando unos billetes, Dani está negando con la cabeza y yo comienzo a reír, luego Kev se voltea nos sonríe.
—Vamos a cenar yo invito, bueno J invita.
El aludido le da un puñetazo en el hombro y se pierde tras la puerta de su cubículo, mi mejor amiga sale corriendo y se tira en la espalda de Kev que comienza a reír, estos dos son demasiado juguetones entre ellos, no me acostumbro.
Pero me alegro, llegamos a la recepción nos despedimos de la chica tatuada y salimos, fuera Dani se baja de la espalda de Kev y ambos se giran para verme, luego capto la idea, claro están sin sus coches, por lo que tenemos que irnos en el mío, camino en dirección a este y me detengo cuando escucho mi móvil sonar, lo cojo sin ver quién y contesto en plan de broma.
—Aquí el club de putas a la orden.
Del otro lado escucho una sonora carcajada y el corazón se me detiene, es Andrew, sonrió por la vergüenza y lo escucho decirme
—¿A ver y que pito tocas tú en el club? —me rió.
—Venga tonto, ¿qué pasa? —él se vuelve a reír.
—No pasa nada, solo que no avisaste, ¿todo en orden?
Me separo el móvil de la oreja para confirmar si es Andrew realmente y vuelvo a colocarlo en mi oreja.
—Sí, todo en orden ¿que hay de ti?
Me atrevo a preguntar, mientras abro el coche y las miradas de curiosidad de Kev y Dani queman mi coronilla los escucho entrar y cerrar las puertas, yo aguardo afuera no quiero que escuchen mi conversación, Andrew suspira.
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