Señor Lafuente, su esposa ha pedido el divorcio hace tiempo romance Capítulo 583

Cuanto más lo miraba Karen, más le gustaba. Sin embargo, al ver que Natalia permanecía impasible, supo que eso significaba que el anillo no estaba a su altura.

Tenía sentido. Desde que conoció a Logan, siempre había recibido lo mejor de todo. Especialmente teniendo en cuenta que él había gastado una fortuna en un diamante de primera calidad para pedirle matrimonio. En comparación con ese diamante, el de este anillo...

Mientras Karen reflexionaba sobre esto, la dependienta, al fijarse en su ropa de diseño y suponiendo que eran adineradas, les ofreció con entusiasmo:

—Si quieren ver anillos de diamantes, tenemos piezas aún más bonitas por aquí. Por aquí, por favor.

Natalia realmente no tenía ningún interés en las joyas de la tienda.

No veía sentido en quedarse más tiempo.

Sin embargo, lo que ella descartaba, Karen lo admiraba, y eso despertó su curiosidad.

Sin duda, en la tienda había joyas con precios superiores a los cien mil dólares. Entre las piezas de diamantes que le mostró la dependienta, Karen se detuvo en seco al ver un collar. Con los ojos brillantes, preguntó:

—¿Cuántos quilates tiene el diamante grande de este collar?

Al ver el evidente interés de la joven, la dependienta sonrió.

—Señorita, tiene usted un gusto excelente. El diamante de este collar es el más grande, el más fino y el más bonito de toda nuestra colección. Tiene un total de...

Carolina, que estaba cerca sin mucho interés en las joyas, se puso de puntillas para ver mejor. Al oír la descripción de la dependienta, frunció el ceño antes incluso de que terminara de hablar y se volvió hacia Natalia con cara de desconcierto.

—¿De verdad es el más grande de la tienda? A mí me parece bastante pequeño.

La sonrisa de la dependienta se tambaleó ligeramente, pero luego ignoró el comentario, pensando que los niños probablemente no sabían nada de diamantes.

A decir verdad, no solo Carolina, sino también Karen y Natalia compartían esta opinión.

La dependienta estaba a punto de dar una explicación cuando Carolina continuó:

—Cuando fue el cumpleaños de mamá hace poco, papá le compró un diamante que era realmente enorme. Ni siquiera podía sostenerlo con una mano.