Señor Lafuente, su esposa ha pedido el divorcio hace tiempo romance Capítulo 61

Si Rebeca realmente se atreviera a montar una escena, sin duda molestaría a Logan.

De lo que sabía de la situación matrimonial entre Rebeca y Logan, esta no se atrevería a enfadar a Logan.

Después de todo, si enojara a Logan, solo conseguirá que este sintiera más disgusto por ella.

Laura se sintió un poco más aliviada.

Pero temía que Rebeca no soportara ver lo bueno que Logan era con Natalia, y reaccionara al respecto.

A Rebeca le daba igual lo que pensaran, ni siquiera prestaba atención a su lado de la mesa porque la persona que estaba sentada a su lado era el profesor López.

El profesor López sabía que Rebeca estaba en la exposición y había aprovechado la ocasión para saludarla.

La última vez que estuvieron en la fiesta, tuvieron una agradable charla, y él había estado intentando encontrar una oportunidad para hablar con Rebeca todo este tiempo, pero ambos habían estado demasiado ocupados y no habían podido encontrar el momento.

Ya que se había topado con ella hoy, no quería perder la oportunidad.

Así que, poco después de tomar asiento, charló con Rebeca.

La mesa era grande, y Rebeca y el profesor López, que no querían molestar a los demás, controlaban el volumen cuando hablaban.

Al ver al profesor López hablando con Rebeca con cara amable, Natalia y Laura solo pensaron que Rebeca le estaba pidiendo al profesor López algún consejo profesional y no le prestaron mucha atención.

El estatus de Logan era extraordinario, y como Natalia era su chica, era natural que todo el mundo estuviera dispuesto a halagarla.

En cuanto a Rebeca, todo el mundo sabía que era muy guapa, pero solo era una empleada de la empresa de Cristian, y aunque tenía una relación ambigua con Cristian, no tenía más historias, así que, la gente no le prestó demasiada atención.

Cuando llegó la hora de la comida, Natalia le puso comida en el plato a Logan, y este lo tomó con naturalidad.

En este momento, todo el mundo estaba más abierto a conversar, pero también charlaban sobre las perspectivas de desarrollo de algunos objetos expuestos en la exposición de hoy.

Alguien no pudo evitar decir: —Hablando de eso, señor Lafuente, su coche sin conductor encaja bastante bien con el lenguaje de programación para el transporte inteligente del señor Figueras, y estoy deseando verlo, ¿no tienen pensado cooperar?