Soy la esposa del tío de mi ex romance Capítulo 45

Un mes despues.

Sabrina mejoró su salud con rapidez, Jonathan solía visitar muy a menudo, pero no hablaban mucho, él se iba pronto, preguntaba por como se sentía, pro su bebé, pero nada más.

Ella comenzó a acostumbrarse a eso, Fátima planeó todo para la boda, quería casarlos lo más rápido posible, para evitar más habladurías.

Evana miraba a Sabrina por el espejo, observaba su vestido de novia.

—¿Estás segura de que es lo que quieres?

—Tú has sido feliz con Marcus, a pesar de como se dio todo, ¿Verdad? Tal vez tenga suerte, y me pase lo mismo.

Evana bajó la mirada, no sabía como explicar que ella no sentía que era lo mismo, pero quiso no perder la fe por Sabrina

—Bueno, puede ser, yo solo quiero que seas muy feliz, Sabrina.

Ella la abrazó.

—teniéndote como mi cuñada, seguro lo seré, me darás consejos, me ayudarás, Evana, gracias por todo.

—¿Estás lista, mujer? Es tarde, la ceremonia será pronto, habrá fotos, tienes que estar lista, ya mismo.

Sabrina asintió, Fátima la miró, pero cuando vio ese collar, sintió rabia, ese collar era de la madre de Sabrina, ella alzó la mano y lo arrebató de su cuello.

—¡Fátima! No hagas esto —exclamó Evana

—Es un collar tan vulgar, no me extraña por ser de quien es.

Los ojos de Sabrina se volvieron llorosos, pero Evana se lo quitó de las manos.

—No sigas, Fátima, no permitiré insultos en mi presencia.

—Evana… no quieras imponerte ante mí, ni tú ante mí, no olvides que soy la esposa de Marcus, no soy cualquier persona, y Sabrina es una Ford, tanto como tú.

—No me harán rabiar en este día, ¡Apresúrense!

Evana tomó el collar, volvió a ponerlo al cuello de Sabrina

—Es todo lo que tengo de mamá, no quiero perderlo.

Evana sonrió.

—Tu madre está conmigo, el corazón de una madre siempre permanece con su hijo.

Evana pensó en su hijo muerto, luego Sabrina la devolvió a la realidad, era hora de irse a la iglesia.

En la iglesia.

Sabrina se dio cuenta de que fue la primera en llegar, y que Jonathan Grimm estaba retrasado, ella sintió mucho miedo, la posibilidad de que él se hubiese arrepentido y la dejara plantada era alta.

Ella temió lo peor.

—¡Juro que, si no viene, acabaré con su carrera de médico! Habría arruinado para siempre la reputación Ford —insistió Fátima

—¿Quieres callarte? Me tienes con los nervios de punta —sentenció Andrés, pero de pronto, él llegó.

Jonathan corrió al altar, con su perfecto esmoquin, y listo para recibir a la novia

—¿Dónde estabas?

—Lo siento, Marcus, me retrasé.

Marcus hizo una señal, y el sonido de las campanas y la marcha nupcial resonaron.

Sabrina sintió que le volvía el alma al cuerpo, bajó del auto, y su padre fue por ella, tomó su brazo, llevándola hasta el altar, dejándola de la mano de ese hombre

—Cuídala, o perderás un gran tesoro.

Jonathan asintió y Sabrina sonrió ante la bondad de su padre.

Tomó su lugar, la ceremonia avanzo.

—Sabrina Ford, ¿Acepta como esposo a Jonathan Grimm?

Capítulo Cuarenta y cinco: Una boda con traidores incluidos 1

Capítulo Cuarenta y cinco: Una boda con traidores incluidos 2

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