Soy más rica que mi exmarido multimillonario romance Capítulo 229

Andre percibió que algo andaba mal con Alina y se apresuró a detener el auto a una acera cercana.

—¡Voy a buscarlo a usted mañana! —Alina dijo estas palabras y colgó.

Mirando su cara ligeramente pálida, Andre preguntó con preocupación:

—¿Qué pasó?

Alina sintió que toda la sangre se quedó helada y no pudo sentir nada y nada.

¡Su mundo se quedó completamente desordenado y colapsado por la llamada que acababa de recibir!

—¿Por qué? ¡¿Por qué?! —Alina murmuró para sí misma, como si hubiera perdido su alma.

—Alina —Andre la cogió en sus abrazos al verla temblar sin parar.

Estando en los abrazos cálidos de este, Alina no pudo contenerse más y echó a llorar, dejando las lágrimas brotar violentamente como arroyo de los ojos.

Alina no podía creer que la verdad fuera así, tan cruel. Pero ahora, con todo lo que tenía adelante, tuvo que admitirlo.

El abrazo cálido de Andre fue tranquilizando poco a poco los nervios tensos de Alina.

Al ver que ella se alivió un poco, Andre preguntó en voz suave:

—Alina, dime qué pasó, ¿vale? No te preocupes. Pase lo que pase, siempre me tendrás a tu lado.

Ante las palabras tiernas de Andre, Alina lloró aún más.

Andre la acarició la cabeza y dijo:

—Alina, cálmate y no llores, ¿vale?

—¡Es Emma! —Alina gritó en voz temblorosa.

—¿Emma?

Andre no entendió por qué Alina mencionó a Emma.

Derrumbada, Alina se volvió más agitada y gritó histéricamente en voz furiosa:

—¡Lo hizo Emma! ¡Fue Emma quien lo hizo todo!

—Alina, Alina, cálmate primero —Andre la consoló con paciencia.

Por su parte, Alina tembló sin parar.

Mirando su reacción, Andre supo que Alina estaba completamente furiosa.

¡Resultó que Emma era la culpable de la muerte de la señora Erica y del accidente de los padres de Alina!

¡¿Cómo podía esta mujer ser tan perversa?!

Llevándose por odio y furia, ¡Alina realmente quisiera aparecer delante de Emma y descuartizarla en pedazos!

Tras un largo rato, bajo el consuelo constante de Andre, Alina por fin se tranquilizó un poco.

Ahora, una fiera irascible estaba presa en el interior de Alina, que podría perder el control en cualquier momento.

Andre encendió un cigarrillo, tomó unas caladas y luego dijo a Alina:

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