Sr. CEO, ¡perdió mi corazón para siempre! romance Capítulo 179

—¿También quieres rescatar a Grace rápidamente? —preguntó Avery con voz temblorosa.

Dylan frunció el ceño profundamente. “¿Preocupado? ¿Por qué debería estar preocupado? ¡Fantasear es una enfermedad y tú estás gravemente enferma! No te preocupes, ¡nunca criaré a Grace! ¡No pienses que mi llegada aquí significa que te acepto a ti y a Grace! ¡Si no fuera porque el secuestro de esa mocosa está relacionado conmigo, no me importaría si ambas murieran allí!”

Dylan se humedeció los labios y el recuerdo de la salida de ayer con Grace apareció en su mente.

Le había dado demasiado helado y ahora todavía podría tener fiebre.

Su ceño se frunció ligeramente y su velocidad aumentó inconscientemente.

Grace era tan terca como Avery. A Dylan le preocupaba que ella pudiera enfrentarse a los secuestradores y pagar por ello.

Avery no podía leer los pensamientos de Dylan. Antes de preguntar, se había aferrado a una pizca de esperanza. A pesar de sus problemas, Grace necesitaba un padre y estaba claro que le gustaba Dylan. Pero Cooper tenía razón: no podía engañar a Grace para siempre.

Un día, Grace se enteraría de que su padre no la amaba y que incluso la consideraba una carga. La idea hizo que Avery se estremeciera.

No podía imaginar cómo se las arreglaría Grace si su mundo de cuento de hadas se derrumbara.

—¡Detén el auto! —Los labios de Avery temblaron mientras hablaba en voz baja pero con firmeza.

El cuerpo de Dylan se tensó. Miró a Avery. —¿Y ahora qué? Nos estamos acercando a las afueras. Más allá está el lugar de reunión. ¿Piensas dejarme plantado?

El rostro de Avery estaba pálido. “Piensa lo que quieras. ¡Simplemente detén el auto!”

Mientras hablaba, Avery extendió la mano para agarrar la manija de la puerta. Dylan entrecerró los ojos.

—Avery, ¿qué estás haciendo?

Su mente estaba confusa. Ya no quería que Dylan rescatara a Grace.

Se arrepintió de haberse subido a su coche. Grace ya sentía una admiración ciega por Dylan y temía que, si la salvaba, le agradaría aún más. Si Dylan decidía revelar la verdad, Grace se sentiría devastada.

De repente, Avery abrió la puerta del auto, moviéndose tan rápido que Dylan no tuvo tiempo de cerrarla.

“¡Detén el auto o saltaré!”

Dylan, que ya conducía a gran velocidad, tenía otros coches detrás suyo a cierta distancia. No podía frenar de golpe sin correr el riesgo de chocar.

Miró a Avery con los ojos ardiendo de ira.

—¡Adelante, salta! Pero debes saber que, a esta velocidad, saltar te matará. Si te pasa algo, daré la vuelta. No hay necesidad de rescatar a Grace, ya que, de todos modos, nadie se ocuparía de ella.

El corazón de Avery dio un vuelco. El viento cálido que entraba por la puerta abierta le despejó un poco la mente. Se dio cuenta de que Dylan tenía razón: nunca había aceptado a Grace y no la cuidaría.

Ya tenía un hijo con Eliana. Cuidar de un niño no sería difícil para él. Dylan era un habitual de los tabloides y cambiaba de pareja con más frecuencia que de ropa.

Una mirada de vacío brilló en los ojos de Avery, pero finalmente detuvo sus acciones. Dylan respiró aliviado. Si Avery hubiera saltado, probablemente los autos que la seguían la habrían atropellado.

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