Al día siguiente, Olivia no acudió a Brillantella porque ella y Leonardo habían ido a hacerse las fotos de matrimonio.
Tanto Micaela como Alba se alegraron bastante por ella al enterarse de esto.
Una semana después, las dos recibieron la invitación de boda entre Leonardo y Olivia.
Esta última les entregó la invitación con cara feliz y dijo:
—Mica, Alba, ustedes y sus novios tienen que ser padrinos de mi boda, ¿eh? He elegido los vestidos para todos ustedes.
—¡Ay, qué envidiosa estoy! —exclamó Alba al abrir la invitación de boda.
Eric miró la invitación y dijo:
—Candy, muchas felicidades. ¿La boda se celebrará en diez días? ¿Tan pronto? ¿Se puede arreglar todo para la boda en tan poco tiempo? Es un poco apresurado, ¿no?
Micaela miró la foto adjunta en la invitación de boda, en la cual Olivia, llevando un elegante vestido de novia blanco, estaba muy hermosa, con una cara feliz y tímida, mientras Leonardo la miraba cariñosamente.
Ella dijo:
—Eric, la boda no es nada apresurada. Olivia y Leonardo ya llevan tanto tiempo enamorados y han pasado por muchas cosas. Además, Olivia ya está embarazada. Si no se organiza la boda ahora, ¿cuándo se casarán?
Alba se entremetió en la conversación:
—¡Eso es! En cuanto a la planificación de la boda, bastará encontrar una buena empresa organizadora de bodas. Ni siquiera es un problema.
Eric reaccionó con sorpresa y echó una mirada a Olivia y luego a su vientre aún plano antes de decir:
—¡Qué bueno! Olivia, ¡eso es doble felicidad!
Alba observó de arriba abajo a Olivia y dijo:
—En cuanto a la figura, todavía estás bastante esbelta y aún no se nota el vientre embarazado, así que puedes lucir la belleza elegantemente en la boda.
Olivia sonrió y asintió con la cabeza, llena de dulzura.
A Leonardo le preocupaba que Olivia no se viera lo suficientemente bien en su vestido de novia cuando le resaltara la barriga embarazada, así que él eligió el día más cercano para celebrar la boda y se ocupó personalmente en los detalles de la planificación de la boda.
Olivia se quedó realmente feliz por la consideración del hombre, sin embargo, al pensar en la madre de este, se sintió un poco molesta.
Alba, llena de envidia, se acercó a Micaela y habló:
—Mica, no tenemos prisa, ¿verdad? Celebramos la boda juntos después de que termine tu contrato, ¿de acuerdo?
Olivia dejó inmediatamente de lado su molestia y dijo:
—¿Van a celebrar sus bodas juntos? Si no estuviera embarazada, lo haría junta con ustedes.
Al oír las palabras de Alba, Eric sintió mucha lástima. Le dolió la cabeza al pensar que el contrato de Micaela terminaría pronto. Sería una gran pérdida para la industria de moda que Micaela, que tenía un futuro brillante, se casara después de la validez de su contrato. A modo de ver de Eric, el escenario de la moda no era completo sin la presencia de Micaela.
Micaela asintió, pensando en Carlos, que estaba a miles de kilómetros.
Dentro de una semana, Carlos estaría de vuelta. Ella le echaba mucho de menos.
Finalmente, la larga semana casi llegó a su fin con Micaela trabajando con diligencia y solidez.
Micaela tuvo la agenda llena de trabajo durante los últimos días porque iba a ser la dama de honor de Olivia, pero afortunadamente fue muy eficaz en el trabajo y lo gestionó todo perfectamente.
El fotógrafo estaba muy satisfecho de su trabajo de hoy, porque ella terminó cada escena perfectamente sin ningún fallo.
La boda se celebraría dos días después, así que Olivia dejó de lado su trabajo y volvió a casa para esperar felizmente a que Leonardo la buscara en coche de bodas.
—Sr. Eric, estoy libre durante los próximos dos días, ¿verdad?
Micaela no se sintió aliviada hasta que recibió otra confirmación de Eric.
No había trabajo pendiente para mañana y ella iba a pasar todo el día con Carlos.
Después de quitarse el maquillaje y cambiarse de ropa, Micaela informó a Raúl que la esperara en la puerta y que ella volvería a casa muy pronto.
Alba, con una sonrisa maliciosa, le susurró al oído:
—Mica, no te alegres demasiado. Carlos ya lleva tantos días sin verte y me temo que esta noche él...
Micaela se puso en pie y vio que Eric se había alejado con el fotógrafo antes de mirar a Alba con la cara sonrojada.
—¡Alba, si sigues siendo tan mala, te voy a ignorar!
Alba, quien también había terminado todo su trabajo, tomó su bolsa, la tomó del brazo a su amiga para salir.
—Bueno, bueno, me callo ahora mismo. Venga, te acompaño a la salida. No dejo a Ernesto buscarme, ¡y tomaré un taxi y le daré una sorpresa!
A Micaela se le heló todo el cuerpo cuando vio a Carlos de pie frente a Brillantella, apoyado contra el coche y tenía los ojos llenos de ternura.
«¿No me dijo que no llegaría hasta el atardecer? ¿Por qué aparece en este momento?»
En este momento, los modelos, actores, asistentes, que salían del trabajo, se pararon en seco y lo miraron con curiosidad al ver a Carlos de pie delante del coche. Luego, vieron que Micaela se acercaba con cara sorprendida y feliz.
Carlos miró hacia la mujercita con los profundos ojos llenos de amor y mimos, dibujó una sonrisa suave y le abrió los abrazos. A su vez, Micaela dejó su timidez y corrió hacia él sin preocuparse más por las miradas de los otros, con su larga cabellera flotando en el aire...
Mirando que la mujer tímida que se le acercaba trotando, Carlos se puso extremadamente contento y la abrazó con firmeza, como si sostuviera el mundo entero.

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