Resumo de Capítulo 1041 – Ten cuidado, mi papá CEO por Internet
Em Capítulo 1041, um capítulo marcante do aclamado romance de Amor Ten cuidado, mi papá CEO, escrito por Internet, os leitores são levados mais fundo em uma trama repleta de emoção, conflito e transformação. Este capítulo apresenta desenvolvimentos essenciais e reviravoltas que o tornam leitura obrigatória. Seja você um novo leitor ou um fã fiel, esta parte oferece momentos inesquecíveis que definem a essência de Ten cuidado, mi papá CEO.
Sharon no pudo salir de la habitación y terminó pasando la noche en la casa de los Zachary. Se despertó al día siguiente justo cuando Simon había terminado de cepillarse los dientes. Él salió del baño y vio que ella tenía una expresión horrible. "¿Todavía estás enojada?", dijo mientras miraba a Sharon con una vaga sonrisa.
"Dije que quería volver a casa, pero insististe...". Ella hizo una pausa y luego agregó: "No volví a casa en toda la noche. Me pregunto cómo estará Sebastian".
“Está con Claude. De seguró todo está bien”. Simon lo había dejado todo arreglado desde hacía mucho tiempo.
Notando la expresión despreocupada de Simon, ella hizo un puchero y dijo: "¡Eres un descarado!".
"¿Eh?".
…
Simon no estaba seguro si Sharon estaba molesta o no. Después de pasar una noche en casa de los Zachary, dejó de acompañar a Simon en sus terapias de rehabilitación y ya no se quedaba con él todos los días como solía hacerlo. Ella regresó a su laboratorio y comenzó a trabajar seriamente. Simon pensó que regresaría una vez que se le pasara el enojo, así que se limitó a seguir esperándola. Sin embargo, incluso después de unos días, todavía no la había vuelto a ver.
Ese día, Sharon se dirigió a visitar a Riley y notó que se había recuperado mucho. "Por cierto, ¿hiciste lo que te dije que hicieras antes de venir?", preguntó Riley con una sonrisa. Ella estaba comiendo pastel despreocupadamente mientras miraba a Sharon, quien estaba sentada frente a ella.
Riley estaba comiendo el mismo trozo que Sharon. "¿Fuerte y asqueroso? Imposible… ¿Tal vez solo tiene muchos huevos?”. Riley lo encontró sabroso.
Sin embargo, Sharon no se atrevió a tomar otro bocado y empujó el pastel hacia Riley. "No, no puedo soportar este mal sabor". Sharon se tapó la boca y siguió sintiendo náuseas.
Riley la miró desconcertada, pero luego levantó las cejas y preguntó: "No me digas, ¿acaso estás embarazada?".
Sharon estaba atónita y, sin darse cuenta, se miró el abdomen. ‘¿Estoy embarazada? No puede ser, ¿o sí?’.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: Ten cuidado, mi papá CEO