Resumo de Capítulo 1051 – Capítulo essencial de Ten cuidado, mi papá CEO por Internet
O capítulo Capítulo 1051 é um dos momentos mais intensos da obra Ten cuidado, mi papá CEO, escrita por Internet. Com elementos marcantes do gênero Amor, esta parte da história revela conflitos profundos, revelações impactantes e mudanças decisivas nos personagens. Uma leitura imperdível para quem acompanha a trama.
“Hermana, ya es suficiente. Si le vas a echar toda la culpa a Shar, ¡te tendré que pedir que te vayas! Este bebé no le pertenece solo a ella. ¡El bebé me pertenece a mí también!”. Simon ya no podía soportar cómo su hermana estaba reprendiendo a Sharon.
“Así es. Tía, ¿no estás siendo demasiado entrometida? Ahora mismo estás actuando de forma muy despreciable. Será mejor que te vayas. No arruines el buen humor de mi mami”, dijo Sebastian. Él hacía tiempo que había perdido la paciencia porque Penelope era muy ruidosa.
Penelope los fulminó con la mirada a los tres. La ira seguía aumentando en su interior. “Muy bien, esto es asunto de tu familia. Si dan a luz a un bebé enfermo, ustedes son los que deberían estar preocupados, no yo”. La garganta de Penelope estaba seca de tanto hablar. Ella no quería decir nada más.
“Pueden irse de la casa de los Zachary si quieren. No puedo controlar lo que hacen”, dijo Penelope mientras se marchaba con una expresión sombría en el rostro. Sharon por fin tenía paz...
Después de descubrir que estaba embarazada, ella se sintió extremadamente presionada. Ella escuchó el consejo de Simon de quedarse con el bebé por el momento, pero después de las reprimendas de Penelope, se sintió ligeramente perturbada una vez más.
Simon la tomó de la mano y le dijo: “No dejaré que mi hermana te moleste de nuevo. No te preocupes en exceso. Estoy aquí para ti pase lo que pase”.
Sharon se giró para mirarle. Él siempre había conseguido leer su mente y tranquilizarla cada vez que se sentía preocupada.
El timbre volvió a sonar. Sebastian se desplomó y se quejó: “¿Es la tía otra vez?”.
“Echa un vistazo. Si es ella, no abras la puerta”, dijo Simon. Él no quería volver a tolerar a su hermana.
“¡Entendido!”. Sebastian se bajó de la silla de un salto y corrió hacia la puerta.
Sharon suspiró débilmente... Ella esperaba que no fuera Penelope.
Wyatt había llevado a Rue. Él le dijo: “Pequeña señorita, tengo que ir a trabajar ahora. Contáctese conmigo si pasa algo”. Él luego le entregó un teléfono a Rue.
Rue fijó sus ojos oscuros en él y preguntó: “Dijiste que mi padre está en un viaje de negocios y que no volverá hasta dentro de un tiempo, ¿verdad?”. Ella se sintió ligeramente incómoda al haber sido llevada a ese lugar tan repentinamente.
La mirada de Wyatt demostró ligeramente su vacilación, pero aun así asintió y dijo: “Sí, él vendrá a buscarte cuando vuelva. No se preocupe, pequeña señorita”.
“Oh... no estoy preocupada. Dile que esperaré a que vuelva y que se concentre en su trabajo”, dijo Rue con una dulce sonrisa.
El corazón de Wyatt se derritió al ver la sonrisa de la niña. Él se sentía ligeramente culpable por haberle mentido, pero su madre estaba herida. El presidente Eugene tenía que cuidar de ella en el hospital.
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