Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 1115

El médico había anunciado que el bebé que Sharon era natimuerto, pero las cosas no eran tan simples como parecían.

Penelope había sobornado al médico para que le dijera a Simon que el bebé había muerto, pero en realidad, lo había trasladado en secreto a otro lugar.

El bebé no murió. Aunque estaba débil, aún se consideraba sano.

Al principio, Penelope pretendía quitarle la vida a la niña para que no sobreviviera. Sin embargo, ella nació sana y la sangre de Simon corría por sus venas. Por lo tanto, al final decidió dejar vivir al bebé.

Sin embargo, esta niña no podía llamar a Sharon su madre.

Después de meditarlo durante un tiempo, Penelope le dijo a su socio más cercano: “Busca a Diana. Quiero encontrar una madre para la niña”.

La sirvienta no entendió lo que Penelope pretendía hacer, pero siguió sus órdenes y buscó a Diana.

Penelope se quedó mirando el sicomoro fuera de la ventana. Esta vez, ella quería que Sharon abandonara a Simon.

Simon dejó de trabajar durante una semana para acompañar a Sharon en casa. Ella se alteraba de vez en cuando. La mayor parte del tiempo, sin embargo, estaba bastante tranquila.

A él le preocupaba que su estado desencadenara el gen de la locura en ella, como había mencionado Eugene.

Por lo tanto, él se comportaba con cautela frente a ella. Él quería acompañarla y mostrarle más preocupación.

Por la mañana, Simon desayunó con Sharon en el comedor.

Ella comía muy poco esos días por falta de apetito, lo que la hizo adelgazar mucho. A Simon le dolía el corazón por ella.

“Come más de esto. Es un nuevo platillo que el cocinero preparó. ¿Quizás te vaya a gustar?”. Él no podía obligarla a comer, así que solo podía hacer que el cocinero ideara diferentes delicias para ella.

“Vayámonos”. Simon procedió a ayudar a Sharon a levantarse. Él quería evitar que interactuaran.

Sin embargo, Sharon rechazó su oferta. “Todavía quiero comer un poco más”. Ella no quería irse.

Simon frunció el ceño, pero la dejó hacer lo que quería. Ella rara vez tenía ganas de comer. “Está bien”, dijo él.

La furia de Penelope no hizo más que aumentar cuando vio que él se estaba quedando al lado de Sharon de forma protectora.

Sharon no dijo nada más. Ella siguió comiendo en silencio, sin mirar a Penelope en absoluto.

Simon se fue relajando poco a poco. Sin embargo, él seguía ligeramente preocupado.

Su teléfono, que estaba a su lado, sonó de repente. Era una llamada internacional. Él contestó de inmediato.