Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 1149

Su rostro era atractivo y varonil, pero sus rasgos faciales eran suaves y delicados. Este hombre parecía estar lleno de contradicciones.

"¿Quién eres tú? ¿Por qué me capturaste?”, preguntó finalmente Sharon cuando salió de sus pensamientos. Ella fijó una mirada atenta en él.

El hombre no parecía gozar de buena salud. Se apoyó lánguidamente en su sillón de un solo puesto mientras se apoyaba la frente en una mano. Exudaba un aire algo rebelde mientras levantaba la ceja.

"¿Eres Sienna Newton?", preguntó el hombre lentamente.

Se dirigió a ella como una miembro de la familia Newton. ¿Acaso albergaba algún resentimiento hacia los Newton?

Mientras Sharon consideraba esta posibilidad, el hombre volvió a hablar: "¿Tammy Chester perdió contra ti?". Él le lanzó una mirada evaluativa mientras trataba de descubrir que de ella era tan especial.

Sharon frunció el ceño. ¿Entonces conocía a Tammy? ¿Acaso estaba ahí para vengarse en nombre de Tammy también?

“¿Cuál es tu relación con Tammy Chester?”, preguntó ella.

“No tenía una relación especial con ella, pero me ayudó una vez en el pasado. Por lo tanto, le debo una. Sin embargo, escuché que ella murió en un incendio antes de que pudiera pagar mi deuda”, dijo el hombre con calma. No parecía que estuviera ahí para vengar a Tammy.

"¿Entonces? ¿Me capturaste solo para saldar tu deuda con ella?”, respondió Sharon.

El hombre chasqueó los dedos y dijo: “Veo que eres astuta. Odio deberle a la gente. Ya que ella murió por tu culpa, buscarte era lo indicado”.

Sharon pensó que la mente de esta persona funcionaba de una manera poco convencional, pero tampoco podía cuestionar su lógica, por más extraña que fuera.

"Al menos puedes decirme quién eres, ¿no?", preguntó ella.

El hombre se pellizcó la frente con pereza y dijo: "Está bien, no puedo dejar que mueras sin saber nada. De lo contrario, no podrás decirle a Tammy quien pagó su deuda si te encuentras con ella en el infierno. Tienes que saber mi nombre; de lo contrario, no podré liberarme de esta deuda”.

Sharon no dijo nada y se limitó a esperar a que siguiera hablando.

El corazón de Sharon dio un vuelco. Justo cuando sus hombres estaban a punto de acercarse para arrastrarla, ella dijo: “¡Espera! ¡No puedes matarme todavía!”.

Dayton se burló y dijo: "¿Acaso tengo que esperar a un momento determinado para poder matarte?". Dayton no andaba con rodeos para manchar sus manos de sangre; todos lo consideraban un demonio, un asesino de sangre fría.

“Sí, debes esperar un tiempo determinado. ¿No dijiste que tengo que decirle a Tammy que te vengaste en su nombre cuando la vea en el infierno?". Sharon estaba balbuceando lo primero que se le venía a la mente. Ella comenzó a decir tonterías esperando un milagro.

"Ajá, ¿y eso qué tiene que ver?", preguntó el hombre.

“No estoy dispuesta a hacerlo. Si me matas ahora, no le diré tu nombre ni lo que hiciste por ella. Y si no lo hago, tu deuda con ella se mantendrá vigente".

Dayton la miró fijamente sin decir nada. Ella pensó que él simplemente ignoraría las tonterías que dijo y le diría a sus hombres que le quitaran la vida de inmediato.

Sin embargo, él era una persona bastante excéntrica. Dayton le preguntó atentamente: "¿Qué tendría que hacer para que accedieras a decirle mi nombre?".