Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 116

Sharon se apretó sus manos a los costados de su cuerpo en secreto. Fiona debió haber calumniado terriblemente su fama para que Penelope pensara tan mal de ella.

Ahora que lo recordaba, Fiona bien podría ser la asesina de su padre. La ira amenazaba con hacer fuera del control el corazón de Sharon.

Ya que Sharon no dijo nada durante mucho tiempo, Penelope abrió un cajón y sacó un cheque, lo puso sobre la mesa y lo empujó hacia Sharon. "Aquí hay suficiente dinero para que puedas vivir tranquilamente por el resto de tu vida. Si eres inteligente, tomarás esto y te divorciarás de Simon, luego te irás a esconditas".

Sharon miró el cheque. El número escrito era realmente tremendo para ella.

Penelope debería haber preparado este cheque con anticipación, ¿eh? Todo para poder sacar a Sharon de su familia.

Los labios de Sharon se apretaron en una burla de desprecio.

Penelope miró su expresión y dijo con cierto desdén: "¿Qué, muy poco para ti? Te diré, esto es todo lo que puedo darte. No creas que puedas sacarnos más dinero a los Zachary".

Sharon la miró a los ojos y dijo con frialdad: "Lo siento, pero el dinero no es lo que quiero".

Los ojos de Penelope se oscurecieron. "¿Entonces qué quieres? ¡Será mejor que lo pienses bien, o podrías terminar sin nada!".

Sharon la enfrentó directamente, sin miedo a su advertencia. "Quiero a mi hijo. ¿Puedes sacar a Sebastian de la familia y devolvérmelo?".

Ella solo había accedido a casarse con Simon porque le preocupaba que su familia se llevara a su hijo. Sharon conocía bien sus límites. Si los Zachary querían a su hijo, ella no podría luchar contra ellos.

Los ojos de Penelope se volvieron frustrados. "No puedo hacer eso. Ese niño es uno de nosotros ahora, así que, por supuesto, se quedará con nosotros. ¿Qué futuro tendría si queda contigo?".

Además, Douglas ama mucho al chico. Nadie podía llevárselo de su lado.

Sharon frunció los labios, su expresión era demasiado tranquila. "Vicepresidenta Zachary, si estuviera en mi lugar, ¿podría aguantar si viera que el padre de su hijo se casara con otra mujer? ¿Podría estar bajo el mismo techo que ellos y mostrarles una sonrisa forzada todos los días?".

Las condiciones de Penelope eran nada menos que un insulto. Sharon no era un objeto, ¡sino una persona con dignidad!

"Oh, cierto. No está casada y no tiene hijos. Nunca entenderías este sentimiento". Sharon no estaba tratando de burlarse de ella por ser vieja y soltera, pero estaba cansada de aceptar toda esta manipulación.

"¡¿Qué dices?!". El rostro de Penelope estaba tenso de rabia y le gritó a Sharon con enojo, su mirada amenazaba con cortar a Sharon pedazo por pedazo. ¡Las palabras de Sharon la habían herido donde más le dolía!

"Lo siento si fui grosera. Todo lo que quise decir es que usted podría entender cómo me siento algún día, Vicepresidenta Zachary, si conoce a un hombre que le gusta y tiene sus propios hijos". Sharon suspiró y continuó: "No me divorciaré de él y tampoco me iré. Si no hay nada más que decir, Señora, volveré al trabajo".

Penelope no la detuvo. Ella se quedó allí inmóvil, mirando fijamente a Sharon mientras se retiraba.