Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 1168

Diana miró a Penelope con confusión y le preguntó ansiosamente: “¿Me estás pidiendo que le entregue el bebé al presidente Zachary? ¿Por qué debería hacer eso?”.

Sharon acababa de volver. Si ella le llevaba al bebé, ¿no se lo entregaría a Sharon?

Para entonces, Diana no tendría una razón para quedarse en ese lugar. Tenía miedo de que Simon hiciera arreglos para que ella se mudara a otro lugar.

“La bebé lo quiere. Es mejor que la bebé esté con él”.

“Pero…”.

“Sé lo que te preocupa. Todo lo que te preocupa no sucederá. Incluso si le das la bebé, será imposible que Sharon sea su madre. Además... sería más fácil tomar medidas una vez que ella se acerque al bebé”.

Diana no entendía lo que ella estaba insinuando.

“¿No quieres que ella se vaya de la casa de los Zachary?”. Penelope la miró directamente a los ojos.

“Yo…”. Diana se mordió el labio y no se atrevió a expresar sus intenciones.

Penelope se rio entre dientes comprensivamente. “Puedes contarme cualquier cosa. Además, te pido que le lleves la bebé a Simon porque quiero que te conviertas en la señora de la casa”. Sharon no podía ser la señora de la casa.

Las palabras “señora de la casa” conmovieron el corazón de Diana...

“¿Puedo hacer eso?”, preguntó ella con vacilación.

“Es posible siempre y cuando yo lo diga”. Penelope les hizo un gesto a ella y a la señora York para que se acercaran a ella. “Después de llevarle la bebé a Simon, les pediré que hagan algo”.

Después de escuchar el plan de Penelope, los ojos de Diana brillaron. ¡Quizás ella realmente tenía la oportunidad de convertirse en la señora de la casa de los Zachary esta vez!

...

“Incluso si viene a buscarte, no ganará nada. Nadie puede alejarte de mí”. A menos que ella quisiera irse por su propia voluntad.

Simon posó su mirada en los labios escarlata de Sharon y se acercó instintivamente más a ella...

Su aliento se acercó a ella y envolvió todo su ser. Ella sabía lo que él quería hacer, pero no se movió. Su corazón se aceleró mientras esperaba que él presionara sus labios contra los de ella.

Simon presionó sus fríos labios sobre los de ella.

Él la abrazó con fuerza y ​​estaba a punto de profundizar el beso cuando una serie de golpes apresurados en la puerta interrumpieron el maravilloso momento que estaban pasando juntos.

La voz de pánico de Diana resonó desde afuera de la puerta. “Presidente Zachary, ¿está dormido? Bonnie no deja de llorar. La señora York y yo no sabemos qué hacer y no tuvimos más remedio que traerla”.

El sonido de un bebé llorando se podía escuchar desde el otro lado de la puerta...