Em geral, gosto muito do gênero de histórias como Ten cuidado, mi papá CEO, então leio muito o livro. Agora vem Capítulo 1202 com muitos detalhes do livro. Não consigo parar de ler! Leia a história de Ten cuidado, mi papá CEO Capítulo 1202 hoje. ^^
Diana acababa de ayudar a Simon a quitarse el abrigo. La ansiedad la invadió de repente en el momento en que escuchó la voz de Sharon proveniente de afuera de la puerta.
Ella se estrelló accidentalmente contra el jarrón que estaba colocado en la mesita de noche, lo que provocó que se rompiera en el suelo. El fuerte estruendo también la sorprendió.
Ella se puso aún más nerviosa en el momento en que escuchó a Sharon decir que entraría. Si Sharon entrara y la viera con Simon en ese estado... ¿no estaría acabada?
Ella empezó a entrar en pánico mientras su ansiedad aumentaba. Ella quería arropar a Simon entre las sábanas y quedarse a un lado para fingir que no pasaba nada. Sin embargo, en el momento en que ella extendió la mano para cubrirlo con las sábanas, ¡él agarró de repente su muñeca y tiró de ella!
Diana cayó en los brazos de él. Ella sintió que su corazón estaba a punto de explotar mientras yacía sobre el cuerpo del hombre. Su respiración se volvió gradualmente errática.
“Presidente…”.
Justo cuando ella estaba a punto de llamarlo por su nombre, él fijó su mirada sombría en ella. Su voz era grave y ronca: “Shar, ¿a dónde vas?”, preguntó él.
Diana estaba sorprendida. ¿Él pensaba que ella era Sharon?
Cierto. La señora York le había dicho que la fragancia podía inducir efectos secundarios peculiares. La exposición a la fragancia podría causar alucinaciones.
Por lo tanto, él no tenía la mente clara en ese momento, por lo que pensó que ella era Sharon.
Si Sharon no hubiera aparecido, ¡él seguiría pensando que ella era Sharon y se habría convertido en su mujer después de esa noche! ¡Sharon Jeans destruyó una oportunidad tan buena!
De repente, Diana se sintió decepcionada y enfurecida. Dado que las cosas habían resultado de esta manera, ¿por qué no…?
Diana le respondió en voz baja: “No iré a ningún lado”.
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