Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 1263

Una expresión poco natural apareció en el rostro de Fern. Ella no esperaba que su hija tuviera esos pensamientos.

Eugene se sorprendió. Él entonces acarició la cabeza de su hija y dijo: “No podemos cumplir tu petición”.

“¿Por qué?”.

“No es un problema para mí, pero tu madre no quiere cooperar conmigo”. ¿No le estaba echando toda la culpa a ella?

Fern lo miró con desprecio. ¡Qué hombre tan astuto y mezquino!

“Mami, ¿por qué no quieres cooperar con papi?”, preguntó Rue.

“Tú eres suficiente para mí”. Incluso si daba a luz a otro bebé, ¡el bebé no sería de Eugene!

“Presidente Eugene, ¿no está engañando a su hija? Usted sabe claramente que ya no está en una relación con Fernie”, interrumpió Jeremy.

Como era de esperar, las palabras del hombre llamaron la atención de Rue. Ella miró inmediatamente a sus padres y preguntó: “¿Qué quiere decir con que ambos ya no están en una relación?”.

“Deberías preguntárselo a tu madre”. Eugene le pasó la pregunta directamente a Fern.

A Fern le dolía la cabeza. Aunque Jeremy había dicho eso para protegerla, había algunas cosas que no debería haber dicho delante de Rue.

Le resultaba difícil explicárselo todo a Rue en ese momento.

“Ustedes han estado hablando sin parar desde que llegaron. ¿De verdad están aquí para la celebración?”, preguntó Sharon.

Ella no quería seguir viendo todo el drama que se estaba produciendo entre los tres.

“Rue, ven aquí”. Sebastian arrastró a Rue a un lado.

Sharon se dio cuenta de que Sebastian no estaba contento. Ella extendió la mano y tiró de él hacia el frente. Ella luego le entregó a Bonnie para que la cargara.

Mientras cargaba a su hermana, Sebastian tuvo la repentina sensación de que tenía que darle lo mejor de todo el mundo. ¿Por qué tenía que ser calculador con ella por un asunto trivial?

“Además, la otra cosa que quería decir...”, dijo Simon mientras su sombría mirada se posaba en la mujer que estaba a su lado. Él anunció lentamente en voz baja: “Me gustaría anunciar que, a partir de hoy, la señora de la casa de los Zachary es mi esposa, Sharon Jeans...”.

Sharon lo miró con sorpresa. ¿Él tenía que hacer un anuncio público sobre algo así?

Ella no tuvo tiempo de pensar mucho en ello, pues comprendió por qué él decidió hacerlo cuando escuchó los fuertes aplausos del público bajo el escenario. Esta era la única manera de hacer que los ancianos de la casa de los Zachary la trataran con más cortesía.

La familia de cuatro que estaba en el escenario aceptó las bendiciones del público. Justo entonces, una figura de pie en una esquina del salón se dio la vuelta y se marchó con una sonrisa despiadada en la cara.

Sharon estaba feliz en ese momento. Justo entonces, ella desvió su mirada por casualidad. La sonrisa en sus labios se congeló cuando vio una figura familiar que desaparecía de una esquina del salón.